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HACIA UNA NUEVA EUROPA

El Gobierno polaco propone al Parlamento iniciar el difícil camino al capitalismo

"Lo que proponemos es la economía basada en las leyes del mercado, con una estructura de propiedad como la existente en los países altamente desarrollados y abierta al inundo", declaró ayer ante el Parlamento polaco el viceprimer ministro Leszek Balcerowicz al presentar el programa de estabilización y transformación de la economía polaca. El plan de Balcerowicz levantó fuertes críticas por parte del sector socialdemócrata de Solidaridad y llevó al Partido Obrero Unificado Polaco (POUP, comunista) a acusar al Ejecutivo de ocultar ante la sociedad su auténtica meta de "restaurar el capitalismo" en Polonia. Según los autores del programa, hay posibilidad de que los polacos soporten medio año de enormes sacrificios para que se abra 'la perspectiva de una vida digna".Balcerowicz pidió ayer al Parlamento la aprobación antes del 31 de diciembre de un paquete de 11 leyes que llevarían a Polonia a iniciar en 1990 la reprivatización paulatina del sector estatal de la economía, al tiempo que tendría lugar la liberalización de precios, la desmonopoliz ación del comercio exterior y la implantación de la convertibilidad de la moneda nacional. Esta auténtica revolución económica podrá llevarse a cabo si el Gobierno logra en el primer semestre reducir la inflación, que durante 1989 alcanzó el vertiginoso aumento del 900%.

Congelar salarios

El programa de austeridad, cuyo objetivo general es equilibrar los presupuestos del Estado, se traducirá, entre otras, en unas medidas impositivas que de hecho congelarán los salarios. El Gobierno estima que el nivel de vida de la población bajará el 20%, mientras se producirán cierres de empresas -que no contarán con ningún tipo de subvenciones estatales- y despidos masivos que darán como efecto un desempleo del orden de 400.000 personas.

El tratamiento antiinflacionario provocar una recesión de un 5%. Según las previsiones iniciales, en 1990 el producto nacional bruto (PNB) bajará entre un 2 y un 3%. Balcerowicz declaró ayer ser consciente de la dureza de su programa, pero se mostró seguro de que "la gente quiere tener una Polonia como la que proponeinos" y prometió ayuda a los grupos más desfavorecidos.

"El sistema que hemos heredado de nuestros antecesores ya no puede existir", declaró, "porque origina la descomposición de la econoinía" y la degradación de la vida". Las últimas encuestas hechas públicas señalan que el 67% de la población polaca considera que la política del Gobierno es justa.

Otra razón que adujo Balcerowicz para demostrar que su programa no tenía alternativa alguna es la necesidad de la ayuda económica internacional a Polonia. El viceprimer ministro recordó que el Gobierno está a punto de firmar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el programa de ajuste del que depende el acceso de Polonia a los créditos y la posibilidad de aplazar (en algunos casos hasta el siglo XXI) la deuda externa que asciende a 39.600 millones de dólares. Según la portavoz del Gobierno polaco, el acuerdo con el FMI desbloquearía créditos y donativos de países occidentales, que en 1990 podrían cifrarse en 3.500 millones de dólares.

El programa gubernamental despierta fuertes polémicas incluso en el seno de Solidaridad, cuya cúpula, sin embargo, acaba de dar el visto bueno para su aplicación. Según un conocido articulista próximo a Solidaridad, Stefan BratkowkI, el programa de Balcerowicz es "loco" e inaceptable para la sociedad, cuyo 20% ya vive en condiciones de desnutrición. Según el periodista, el plan gubernamental de austeridad sólo provocará la hiperinflación y creación de bolsas de pobreza.

El diario del POUP, Trybuna Ludu, calificó el programa de Balcerowicz de un "gigantesco experimento" realizado bajo la presión de "los medios financieros internacionales", reclamando que el Ejecutivo dejara de ocultar que su auténtico objetivo es el de "trazar los caminos hacia la restauración del capitalismo".

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