Manifestación en Praga en recuerdo de la represión del 17 de noviembre

Decenas de miles de estudiantes checoslovacos se manifestaron ayer en Praga, al grito de "¡Larga vida a Havel!", un mes después de la violenta represión policial de una concentración que apresuró la revuelta y caída de la cúpula comunista. En aquella ocasión, las fuerzas de seguridad hirieron a 143 personas y detuvieron a un número indeterminado de ellas, algunas sin identificar."Hace un mes, en este mismo lugar, comenzamos la destrucción del régimen, apenas sin saberlo", manifestó ante los congregados Martin Klima, líder estudiantil. Ayer, sin embargo, ningún policía apareció en el lugar de la manifestación. Los concentrados recorrieron las mismas calles en las que 2.000 estudiantes estuvieron hace un mes, especialmente aquellas donde se produjo la sangrienta represión.

Los irnanifestantes corearon los ya repetidos gritos de "¡Havel al Castillo!", "¡Viva Havel!" y "¡Havel para el pueblo, el pueblo para Havel!", apoyando así al candidaito del Foro Cívico a la presidencia de la República, Vaclav Havel, dramaturgo disidente. Los estudiantes continúan aún la huelga que iniciaron el 20 de noviembre, y que pondrán fin cuando consideren los cambios encauzados.

"Honecker come ya pan seco y agua, pero Stepan está en libertad", rezaba una pancarta estudiantil. Miroslav Stepan, ex jefe del partido comunista en Praga, ha perdido ya todas sus funciones con la caída de la cúpula comunista.

El antiguo miembro de la presidencia es también considerado uno de los principales responsables de la represión policial del 17 de noviembre.

El Foro Cívico, que aglutina a todos los sectores en oposición a la dirección comunista del país, incluidos estudiantes, solicita ahora la caída también de los parlamentarios, la mayoría de ellos comunistas, que no gozan de ningún tipo de representatividad ante el pueblo checoslovaco.

Karel Urbanek, actual secretario general del partido, manifestó ayer a este respecto en el congreso del Partido Comunista de Eslovaquia, en Bratislava, que "la gente desacreditada" debe abandonar el poder.