Schommer: "Tengo la sensación de que voy a acabar con el retrato"

Alberto Schommer ha llegado a una etapa decisiva en su carrera, al final de una etapa. A los 60 años, el fotógrafo de cientos de personajes inauguró ayer una retrospectiva en el Círculo de Bellas Artes, y acaba de regresar de Tokio, donde fue invitado con 54 de los más destacados fotógrafos del mundo. Ahora dice iniciar una etapa en la que el dibujo y la poesía son nuevos lenguajes en sus manos. "Tengo la sensación de que voy a terminar con el retrato", afirma.

Uno de los aspectos más conocidos en la obra de Schommer son los retratos. "Lo que me interesóen principio de los retratos era mi propia expresión", dice Schommer. "Quería expresar mi mundo a través de los reportajes, de los paisajes y también de los retratos. Descubrí que el ser humano era lo que más me interesaba, pero no la persona anónima, no las personalidades en sí. Me interesaba contar a mi manera lo que yo veía de esos pintores, militares, eclesiásticos y filósofos. Avedon decía que los fotógrafos somos psicoanalistas, y yo pienso lo mismo".La retrospectiva que le dedica el Círculo de Bellas Artes refleja la evolución de una mirada sobre el ser humano y también sobre la visión del propio fotógrafo de una sociedad en transformación. La exposición de Schommer -colaborador habitual de EL PAÍS, donde se han publicado los Retratos psicológicos- abarca un período de 20 años, de 1969 a 1989 y contó con la presencia de los Reyes en la inuguración. En ella presenta además una variedad muy grande de trabajos menos conocidos de este fotógrafo. "Los Retratos psicológicos (1969-1973) expresaban un mundo adverso", dice.

"Tenían muchos elementos simbólicos, eran imágenes barrocas, y los retratos eran muy críticos con las instituciones que algunos de ellos representaban, hasta elevarlos por esta nueva visión al rango que me interesaba", dice el fotógrafo. Parte de esta serie ha sido adquirida por el Metropolitan Museum of Photography, en Estados Unidos.

Una nueva etapa

La invitación a Tokio, durante el mes de noviembre, junto a 54 " maestros de la fotografía" de todo el mundo, le permitió leer un discurso en el que hablaba de su obra. Esta distinción fue para él un "espaldarazo". "Necesito estar alerta y mirar con ojos lascivos, más que inocentes, lo que me rodea. Pero son tantos los impactos que recibo, que los cierro para evitar quizá el hastío, la monotonía o la repetición", escribió Schommer en su discurso."Ahora me encuentro en un momento muy intenso", afirma a su regreso de Tokio. "Siento que he cerrado una etapa en mi carrera. Ahora siento la necesidad de escribir, de dibujar. En Tokio vi una publicación que reunía los dibujos de Cartier Bresson, y creo que para mí también ha llegado un momento en que todo lo que hago tiene un significado. Estoy escribiendo poemas, y pienso que los publicaré más adelante". "La retrospectiva que se presenta en Madrid me ha causado una sensación agobiante. Ver todos esos retratos juntos me ha hecho pensar que es una barbaridad, que son muchos. Tengo la sensación que voy a terminar con el retrato", dice.