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HACIA UNA NUEVA EUROPA

Anatomía de una purga

Jakes cavó su fosa política en Praga cuando intentó engañar a Gorbachov

KENNETH W. BANTA, Para Milos Jakes, el inicio del fin comenzó a principios del pasado verano. [Ayer fue incluso expulsado del partido, junto a Miroslav Stepan]. Tras una serie de consultas privadas entre el dirigente del Partido Comunista Checoslovaco y Mijail Gorbachov y sus asesores, el presidente soviético dejó claro que la situación interna de la URSS exigía una condena de la invasión de Checoslovaquia en 1968. Si Jakes, de 67 años, no quería verse socavado por loslos acontecimientos soviéticos, tenía que actuar, y pronto. Así, se formalizó un acuerdo entre Praga y Moscú: Jalces convocaría una reunión del Comité Central y expulsaría a todos los miembros del Politburó implicados en la invasión de 1968, con excepción de sí mismo. Tras designar a un nuevo equipo dirigente elegido por él, Jakes procedería a rehabilitar a 460.000 miembros del partido que él ordenó purgar.

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Sólo hubo un problema. Jakes renegó de su acuerdo. Con esta extraordinaria trampa comenzaban a desmadejarse los dos años de liderazgo de Jakes. A partir de diversas fuentes, Time ha investigado los últimos días del represivo régimen de Jakes.

El 17 de julio comenzaba la humillación de Jakes en el seno deI partido, con una videocasete que circulaba entre sus miembros en la que se veía a Jakes reprendiendo a sus subordinados por dejarle solo.

Poco después, el acuerdo de Jakes y Gorbachov ya se había concretado en la realización de tina purga en el Politburó. Pero transcurrió octubre sin que se hiciera nada. A mediados de noviembre, el ideólogo de la línea dura, Jan Fojtik, realizó una corta visita a Moscú para entrevistarse con Georgi Smirnov, jefe del Instituto de Marxismo-Leninismo de Moscú. Smirnov le informó de que el Politburó soviético había aprobado un documento en el que se condenaba la invasión de 1968.

Antes de que Jakes pudiera dar una respuesta adecuada, los acontecimientos se precipitaron. El 17 de noviembre, la policía antidisturbios de Praga reprimía manifestaciones de estudiantes. Jakes puso en marcha una maniobra de última llora para aplastar el levantamiento. Ante la evidencia de que el Ejército checoslovaco no tomaría parte en ninguna acción violenta contra el pueblo, Jakes recurrió desesperadamente a las Milicias Populares, que funcionaban en realidad como el ejército privado del partido. Al amanecer del 19, las milicias estaban desplegadas.

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Incluso entonces, Jakes se resistía a las presiones internas del partido para convocar una sesión de emergencia del Comité Central. Según Antonín MIady, miembro del recién designado Politburó, "no sólo era el Comité Central, sino funcionarios regionales del partido quienes pedían a gritos la convocatoria". Finalmente, el Politburó puenteó a Jákes y convocó una reunión para el 24 de noviembre. Allí, Jakes intentó una última táctica para salvar su puesto: propuso una ley que permitiría la libertad de asociación y de manifestación.

Pero los 148 miembros del Comité Central, perfectamente conscientes del espíritu revolucionario existente en la calle, pusieron en marcha una purga interna. La ofensiva estuvo dirigida por el ex primer ministro Lubomir Strougal, de 65 años, sustituido en 1988 por Ladislav Adamec, de 63. Durante los últimos seis meses, tanto Strougal, todavía miembro del Comité Central, como Adamec: habían conspirado para sacar ventaja del momento. Los dos estaban de acuerdo en que Adamec solicitaría públicamente reformas, mientras Strougal utilizaría su influencia en el Comité Central para expulsar a Jakes y a otros miembros del ala dura. "En la sala todo parecía estar en calma, pero fuera la gente negociaba enloquecida", afirma un asistente.

Transcurridas ocho horas, Strougal y sus aliados consiguieron romper la resistencia de los valedores de Jakes. A cambio, los reformistas tuvieron que realizar tres concesiones: permitirían que dos representantes del ala dura, Miroslav Stepan y Miroslav Zavadil, jefes del partido y del sindicato en Praga, respectivamente, conservaran sus puestos en el Politburó; los cinco miembros eslovacos del Politburó también seguirían en sus puestos; en tercer lugar, ningún partidario de Strougal reemplazaría a los miembros expulsados del Politburó. Como resultado se produjo el nombramiento como prírner secretario de Karel Urbanek. Ante este hecho consumado, Jakes dimitió a regañadientes, junto a seis de sus aliados en el Politburó. Pero resultó que Urbanek era partidario de Strougal y estaba decidido a concluir la limpieza emprendida. En comunicación con Gorbachov, prometió llevar a cabo las rehabilitaciones a las que Jakes se había negado. Urbanek concluyó un pacto al que figuras clave de los expulsados del partido hace 21 años negaron su adhesión hasta que los últimos representantes del ala dura abandonaran el Politburó. El 26 de noviembre, Urbanek formalizó las dimisiones de Stepan, Zavadil y Lenart. La purga estaba consumada.

Copyright Time Inc., 1989.

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