Juan Antonio Yáñez entrega en secreto en Moscú una carta de González para Gorbachov

Juan Antonio Yáñez, asesor de política internacional de¡ presidente el Gobierno, se reunió el pasado viernes en Moscú con el ministro de Asuntos Exteriores soviético, Edvard Shevardnadze, a quien entregó una carta de Felipe González para el máximo dirigente soviético, Mijail Gorbachov. La agencia oficial de noticias soviética Tass hizo pública la entrevista el mismo día por la noche, mientras que las autoridades españolas lo mantuvieron en secreto, incluso a los diplómaticos destacados en la URSS. Durante el encuentro se abordó la próxima visita del líder soviético a España.

La agencia soviética, que dedicó 11 líneas a informar de esta entrevista, indicó: "En un espíritu de buena voluntad y franqueza, ambos conversaron sobre la situación en Europa, la formación de nuevas relaciones entre el Este y Occidente y las perspectivas de ampliar la cooperación entre los dos países, así como la continuación del diálogo político soviético-español". Las autoridades soviéticas inostraron en esta ocasión una mayor transparencia informativa (glasnost) que las españolas al informar de la reunión.Otras fuentes indicaron que en la entrevista se evocó el próximo viaje a España, previsto para la primavera, de Gorbachov, que devolverá así la visita que efectuó González a Moscú en marzo de 1985. Gorbachov debería inaugurar en Madrid la nueva embajada de la URSS.

El titular de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, aseguró, a preguntas de EL PAÍS, que estaba al corriente del viaje y que el propósito de Yáñez era "remitir a Shevardnadze un mensaje del presidente del Gobierno para Gorbachov relacionado con la situación que atraviesa el Este de Europa y la próxima cumbre soviético-estadounidense". "Forma parte, añadió, "de la correspondencia habitual que mantenemos con Gorbachov", quien se entrevistará con el presidente George Bush cerca de la isla mediterránea de Malta el 3 y el 4 de diciembre.

A espaldas del ministerio

El jefe de la diplomacia española negó que el viaje se hiciese a espaldas de su ministerio porque, dijo, "yo mismo he contribuido a prepararlo y me acuerdo que se optó por enviar un emisario, en lugar de tramitarlo a través de la embajada, para darle más relevancia". Si Fernández Ordóñez estaba informado, el resto de su Ministerio lo ignoraba, empezando por la Dirección General de Europa y la Subdirección General de Europa del Este, según reconocieron colaboradores del ministro, que se enteraron por este periódico del viaje de Yáñez.

En la capital soviética sólo el embajador, José Cuenca Anaya, estuvo al corriente de la llegada del ilustre visitante e hizo auténticos malabarismos para que pasase desapercibido ante sus subordinados. Tanto el ministro-consejero de la embajada, José Fernando de Almansa, como el agregado de Prensa, Ernesto Zulueta, se enteraron ayerde la estancia de Yáñez por una llamada de EL PAÍS.

El Ministerio de Asuntos Exteriores soviético tampoco pudo ampliar la noticia porque, según dijo su portavoz, la información que se suministra de este tipo de visitas debe ser determinada por el visitante, al que corresponde decidir si autoriza o no a que se hagan comentarios, y está visto que Yáñez no lo permitió. "A Madrid no ha llegado aún la glasnost sino que estamos más bien en plena política de estancamiento (período de Leonidas Breznev)", afirmó un funcionario de la embajada.

Para sustraer al emisario a la curiosidad de sus colaboradores Cuenca evitó que pisase la cancillería y ayer sábado se lo llevó de excursión por la mañana a Zagorsk, la sede de un histórico complejo monumen tal de la Iglesia Ortodoxa Rusa situado a 70 kilómetros de Moscú. Por la tarde Yáñez y su anfitrión fueron al teatro.

Lo sucedido con la visita de Yáñez recuerda el frustrado in tento en septiembre del vicepresidente Alfonso Guerra por ser recibido por Gorbachov en vísperas de la campaña electo ral como presidente de la revista teórica socialista Sistema. En esa ocasión la Dirección General de Europa del Ministerio de Exteriores también se enteró por la Prensa del viaje, que no se llevó a cabo a causa de los problemas de calendario del líder soviético.

Yáñez es la auténtica eminencia gris de González para los asuntos internacionales y uno de los hombres mas discretos de su entorno, a pesar de que en su juventud participó en algunos programas de radio tutelados por los jesuitas. Hermano del secretario de Estado de Cooperación, Juan Antonio, de 47 años de edad, asesora al presidente desde 1982. Hasta esa fecha trabajó en la representación de España ante el Consejo de Europa en Estrasburgo donde nació el único hijo de su matrimonio, Miguel.

Descrito a veces como un ministro en la sombra, Yáñez, que conoció a González al estudiar bachillerato en Sevilla, es diplomático de carrera e ingresó en el PSOE en 1976.