Dudas sobre la celebración de un encuentro en la ONU entre sandinistas y 'contra'

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, se trasladó ayer a una de las zonas donde el Ejército sandinista persigue a las fuerzas de la contra para seguir de cerca los combates, reanudados después de nueve meses de alto el fuego. Mientras tanto, la reunión que debía celebrarse la próxima semana en las Naciones Unidas se ve ahora en peligro por los obstáculos puestos por la Resistencia Nicaragüense (RN) y el Gobierno de Honduras.

Antes de viajar hacia la localidad de Río Blanco, en el norteño departamento de Matagalpa, el presidente Ortega aceptó retrasar hasta los días 9 y 10 la reunión de Nueva York con el fin de dar tiempo a la contra a preparar su estrategia y, sobre todo, intentar un cambio de posición del Gobierno hondureño, que ha anunciado su negativa a acudir al encuentro.El ministro hondureño de Gobernación, Enrique Cortés, declaró que su país "no tiene por qué meterse en un asunto bilateral entre el Gobierno sandinista y sus opositores armados". La Comisión Internacional de Apoyo y Verificación, integrada por representantes de la ONU y de la OEA, organizadora del encuentro, está dispuesta a seguir adelante con la convocatoria., a pesar de la negativa de Honduras, pero el presidente Ortega consideró que la participación del país donde se albergan los más de 10.000 contras es condición "imprescindible e indispensable" para la celebración de la reunión.

Un portavoz de la contra anunció sorpresivamente el viernes en Tegucigalpa que la RN no está todavía preparada para acudir a Nueva York y propuso retrasar la reunión hasta los días 13 y 14 de noviembre. Asimismo, la contra pidió previamente al Gobierno nicaragüense la declaración de un nuevo alto el fuego con el fin de crear un ambiente positivo con vistas a las conversaciones de Nueva York. La contra había anunciado horas antes en Washington su disposición a acudir a la reunión el próximo lunes, tal como había sido originalmente pactado. También el Gobierno de Estados Unidos había dado ya su visto bueno a la celebración de conversaciones.

La guerra de fechas para la celebración de una reunión en la ONU entre representantes del Gobierno sandinista y la contra nicaragüense seguía ayer sin que nadie tuviera una idea clara de cuándo se produciría la reunión y de cuál sería su agenda.

La aceptación de conversaciones por parte de la contra fue enviada a los dos funcionarios internacionales a cargo de la CIAV, Francesc Vendrell y Hugo de Zela, y en ella se reiteraba la negativa a participar por falta de tiempo en las fechas propuestas por el presidente nicaragüense.

La posición del Gobierno nicaragüense es la de que el único tema que debe tratarse en Nueva York es el de la desmovilización de la contra. Portavoces sandinistas han advertido en Managua que su representación no accederá a abordar temas de carácter político que no lleven a la desmovilización de los rebeldes en la fecha decidida por los presidentes centroamericanos, el 5 de diciembre. Sólo en la medida en que las conversaciones avancen las autoridades sandinistas se replantearían la declaración de un nuevo alto el fuego unilateral.