Tiempo de interiores
Tres nuevos realizadores españoles hacen su primer largometraje
Éste no ha sido el mejor año para el cine español. A pesar de ello, las nuevas iniciativas son difíciles de contener, y, arriesgadas ya de por sí al ser óperas primas, se lanzan a la primera gran producción apenas consiguen los medios para iniciarla. En estos momentos, tres nuevos realizadores españoles acaban de terminar, o están en la última fase, su primer largometraje. Una comedia, un thriller y un filme esteticista están pendientes de la calificación para ser exhibidos. Las tres tienen una cosa en común, son películas de conflictos interiores, rodadas en su mayor parte entre decorados.
Rosa Vergés, de 34 años, está en la última fase de montaje de su primer largometraje, titulado Boom, boom, un filme que suena como los latidos del corazón. Después de una carrera en la que ha ocupado diversos cargos técnicos en la realización de una serie de películas tan variadas como La muchacha de las bragas de oro, Angustia, Lola y La plaza del diamante, Rosa Vergés ha elegido una comedia para debutar como directora. "Mi primer proyecto era el de hacer una película de ambiente medieval, pero exigía un presupuesto muy alto. Luego, Rosa Romero, que había recibido la oferta de actuar como productora independiente en una coproducción con un grupo belga, me propuso trabajar en el guión de una idea más sencilla. Me presentaron a Jordi Beltrán y juntos hicimos el guión de Boom, boorn", dice Vergés.La película tiene como principales personajes a un hombre y a una mujer que hacen un pacto para no volver a enamorarse. Naturalmente, surgen las complicaciones y los enredos, y al final los protagonistas vuelven a encontrarse. Para estos papeles, Vergés ha contado con Sergi Mateu y la actriz belga de ambiguo nombre artístico Viktor Lazslo. En los papeles secundarios desfilan nombres conocidos como Félix Rotaeta, Fernando Guillén Cuervo y Gemma Cuervo, entre otros. "No es una película de héroes", aclara la directora, "es una película sencilla, una comedia urbana con pocos desplazamientos, casi toda en interiores. Lo que queríamos era hacer una historia positiva con mucho sentido del humor". Ha sido rodada con sonido directo en castellano, pero será posteriormente doblada al catalán y al inglés, para facilitar su distribución en el extranjero, y ha contado con un presupuesto de 125 millones.
Violencia
Continental, la película que en estos momentos termina el gallego Xavier Villaverde, de 30 años, se desarrolla en un ambiente violento, el de las mafias y los bajos fondos de una ciudad imaginaria, puerto de mar, en una especie de recreación de los años cincuenta. Es un thriller en el que la violencia está mucho más centrada en las intensas relaciones entre los personajes que entre las balas y las navajas. En los papeles principales están Eusebio Poncela, Jorge Sanz, Cristina Marcos, Feodor Atkine, Marisa Paredes, Héctor Alterio, Alberto Alonso y Fernando Guillén. Ha sido rodada en varios estudios en Madrid, donde se han recreado calles y diversos interiores.
Los decorados que ha hecho Wolfgang Burman para esta película recuerdan también las atmósferas logradas por él en Remando al viento. "Continental es en cierta forma una contestación a la versión del thriller deformada por los telefilmes", explica Villaverde. Para él el género negro de la literatura y el cine de los cuarenta y cincuenta se ha transformado y trivializado por el lenguaje que se utiliza hoy en las series de televisión que los imitan. Su experiencia con el mundo de la imagen viene en principio de sus trabajos en videoarte -con los que ganó varios premios nacionales e internacionales y sus trabajos publicitarios para la televisión. "Ambas experiencias me han servido de mucho para este primer largometraje. Yo solía ir mucho al cine, pero me sentía algo desilusionado de él. Esta película me ha servido para reconciliarme con el cine".
En el rodaje ha utilizado algunos recursos del cine de la época, combinados con algunos otros propios de la publicidad. "Con ello se logra un ambiente enrarecido y difícil de encasillar", dice Villaverde. Él considera que a pesar de que su película es bastante accesible a un gran público, en España cualquier cosa que se salga de los géneros más populares es considerado algo atípico. "Cualquier cosa que no sea un drama rural o una comedia es considerado atípico. Si alguien propusiera aquí hacer Cotton club pensarían que está loco".
Sin embargo, Villaverde no se ha encontrado solo ante su primer proyecto para el cine. Continental es una producción que ha contado con un presupuesto de 160 millones de pesetas, financiados parcialmente por la Xunta de Galicia.
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