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Bush advierte contra el fin de la tregua en Nicaragua

ENVIADO ESPECIAL El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, anunció ayer en San José de Costa Rica que el Ejército sandinista no renovará la tregua que mantenía, de forma unilateral, en su lucha con la contra desde marzo del año pasado. George Bush, presidente de Estados Unidos, criticó duramente el anuncio de Ortega y le advirtió contra su aplicación. El secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, ha expresado su preocupación. La cumbre hemisférica en San José de Costa Rica se clausuró ayer con la ausencia de Daniel Ortega, que abandonó de forma imprevista la reunión sin dar explicaciones, y su homólogo brasileño, José Sarney, que regresó de madrugada a su país.

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Un breve y cortés diálogo

"No rompan el alto el fuego" advirtió el presidente norteamericano, quien, según las agencias de prensa, consideró "un golpe vergonzoso a la democracia" el anuncio de su homólogo nicaragüense, al que calificó repetidamente como "ese pequeño hombre". Ortega declaró antes de su partida que a su regreso a Nicaragua daría la fecha exacta en que el Ejército Sandinista reanudará las hostilidades. Como posible salida a la crisis, Ortega exigió un gesto de EE UU: que se autorice que los 66,7 millones de dólares aprobados por el Congreso para ayuda a la contra sean destinados a su repatriación a Nicaragua o reubicación en terceros países.En una conferencia de prensa, que comenzó con una declaración de Ortega que duró 55 minutos, éste dijo: "Siempre se habla de gestos y se le piden los gestos a Nicaragua. Ahora yo creo que es hora de pedirle gestos también al Gobierno de EE UU en favor de este plan de paz. Si el Gobierno norteamericano da un gesto y dispone de estos fondos de ayuda a la contra para que Naciones Unidas los utilice para desmovilizar la contra, entonces estarían creando condiciones para que nuevamente Nicaragua, de manera unilateral, decretase el cese el fuego".

El primer día de la cumbre hemisférica, el protagonismo corrió a cargo del anfitrión, el presidente y premio Nobel de la Paz, Óscar Arias, y de George Bush. Ayer, con el anuncio del fin del cese el fuego en Nicaragua, Ortega les robó el show y dejó en un segundo plano los actos festivos de la inauguración de la plaza de la Democracia en San José y el desayuno de Bush con los opositores de Nicaragua y Panamá.

Vítores y abucheos

Ortega había anticipado lo que ayer anunció en una conferencia de prensa a las 7.45 de la mañana, hora local (14.45, hora peninsular española). En el aula magna de la facultad de Derecho, la noche del viernes, se reunió con 2.000 incondicionales que le vitorearon. Estos aplausos sirvieron de compensación para el abucheo con que fue recibido por el público, que en los alrededores del teatro Nacional de San José esperaba a los 16 mandatarios que acudían al banquete..

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Desde que pisó suelo costarricense, Ortega pareció empeñado en dar la nota con su indumentaria, especialmente llamativa en un país que ha abolido las Fuerzas Armadas y se muestra orgulloso de su civilidad. Ortega llegó con su habitual uniforme verde oliva, al que en esta ocasión había añadido el toque de un pañuelo con los colores rojo y negro del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). No abandonó Ortega el pañuelo ni para el banquete de gala. Luego explicó Ortega a la Prensa que ese pañuelo es su "corbata".

En el aula magna de Derecho, Ortega había ya anunciado el fin de la tregua en la guerra con la contra. Dijo el líder sandinista: "No podemos estar con las manos amarradas. El enemigo atacando y nosotros con las manos amarradas. No queda otro camino que suspender el cese unilateral del fuego. No lo vamos a prorrogar". Y añadió que emplearán la fuerza en el campo militar para darle duro a la contra". Después, Ortega habló de agarrar el látigo para echar a los mercaderes del templo.

El secretario de Éstado norteamericano, James Baker, reaccionó el viernes al anuncio de Ortega y dijo que se trata de "una excusa para negar al pueblo nicaragúense unas elecciones libres y justas". Baker calificó de "deshonesto" que Ortega no hubiese efectuado el anuncio del fin del cese el fuego en la reunión cumbre de los 16 mandatarios. Según Baker, Ortega se avergonzó de hacer el anuncio en la reunión, y por eso lo hizo después en otro marco diferente.

En su larga exposición ante la Prensa, Ortega fundamentó la decisión de poner fin a la tregua en los continuados ataques de la contra, y mencionó recientes emboscadas, que costaron la vida a 26 personas en Nicaragua. Negó rotundamente que estas emboscadas hayan sido un montaje de los sandinistas para buscar un pretexto y crear un clima de guerra en Nicaragua ante las elecciones del próximo febrero. [El secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, manifestó estar "sumamente preocupado" por las últimas confrontaciones registradas en territorio nicaragüense, informa Efe].

Observadores de la situación en América Central insinúan que el fin del cese el fuego puede responder a la intención sandinista de aumentar la presencia del EPS de forma intimidatoria ante las elecciones. Ortega dijo que los ataques de la contra se deben a la intención de "entorpecer el proceso electoral, ante la segura victoria sandinista".

[Víoleta Chamorro, candidata a la presidencia de Nicaragua por la coalición opositora UNO (Unión Nacional Opositora) dirigió el pasado 17 de octubre una carta al senador Robert Dole, líder de la minoría demócrata en la Cámara alta estadounidense en el que le ruega que atienda la petición de Bush de conceder asistencia a la oposición.]

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