El Gobierno modifica por tercera vez este año, la previsión de inflación y la sitúa entre el 6% y el 7%
La subida del 1,1 % en los precios el pasado mes de septiembre ha situado la inflación acumulada en el 5,9%, una décima por encima del objetivo máximo para este año. Ello ha obligado al Gobierno a cambiar, por tercera vez en el año, su estimación para todo el ejercicio. Según el ministro de Economía, Carlos Solchaga, "la inflación al final del año ,les probable que termine en algún punto entre el 6% y el 7%". El ministro hizo un repaso de la coyuntura económica, según la cual, se demuestra que la economía se enfría de manera "suave y lenta". Para que los resultados de esta tendencia se noten en los precios y en el déficit exterior habrá que esperar al primer semestre del año próximo.El Gobierno empezó el año con un objetivo de inflación del 3% para 1989. Después, se cambió el objetivo por una declaración de intenciones: el IPC no (debe rebasar el 5,8% alcanzado el año anterior y no se debe ampliar el diferencial de inflación con la Comunidad Europea. Ahora, el dato de septiembre ha desbordado el tope máximo e incluso "existen dificultades para mantener el actual diferencial de Inflación (1,6 puntos)", afirmó Solchaga. Por ello, el ministro dio como "probable" que la inflación se sitúe al final del año "en algún punto entre el 6% y el 7%".
"Cada vez que baja la inflación es mérito de todos, cuando sube, la culpa es del Gobierno", afirmó Solchaga. "Deseamos una inflación menor", añadió, "pero para ello no vamos a provocar un parón en la economía".
El ministro aseguró que tras las medidas restrictivas, tanto monetarias como fiscales, adoptadas a lo largo del año, "la economía española se encuentra en una fase de lento y suave enfriamiento". Aseguró que cuando se adoptaron las medidas del pasado mes de julio, cuyo efecto se valoró en 500.000 millones de pesetas, el Gobierno ya tenía la intención de convocar elecciones. Por ello, "no nos pueden decir que hayamos hecho una política populista en busca del voto".
Este suave y lento enfriamiento de la economía se detecta, según los datos ofrecidos ayer por Solchaga, tanto en la reducción del déficit público, como en el menor incremento del dinero en circulación, aunque sobre el sector exterior sólo se apuntó que los datos que se harán públicos en los próximos días demuestran un descenso en las exportaciones y una desaceleración muy importante en las importaciones.
En lo que queda del año la economía seguirá enfriándose, sobre todo debido a que en noviembre se pagará la cuota diferencial del impuesto sobre la renta -unos 300.000 millones de pesetas- y a que continuarán las restricciones al crédito por parte de las entidades financieras. Sin embargo, a inversión continúa a tasas de crecimiento elevadas con un incremento del 18,8% en el tercer trimestre del año, frente al 15,5% del primer semestre.
Para ver si las medidas adoptadas hasta ahora han tenido éxito en la reducción de los dos desequilibrios de la economía -inflación y déficit exterior-, habrá que esperar hasta el segundo semestre del año. "A no ser", dijo Solchaga, "que otros se dediquen a deshacer lo que nosotros estamos construyendo".
Alquileres y bancos
Solchaga, que compareció ayer ante la Prensa al término de la teunión del Consejo de Ministros, dio su opinión sobre otros temas. En relación al intento de acuerdo entre los grandes bancos sobre remuneración del pasivo, dijo que "tanto mejor para todos si no lo han alcanzado", en caso contrario, "habríamos tomado medidas". Reiteró que, en su opinión, los bancos están abocados a reducir sus márgenes.
Respecto a la oferta electoral del PSOE para incentivar fiscalmente los alquileres de viviendas, el ministro señaló que con la eliminación de la desgravación fiscal para la segunda vivienda, hay dinero para llevarla a cabo. Esta medida se incluirá en la ley del IRPF para 1991.
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