Alan García, propagandista
El señor Alan García, presidente del Perú, prosigue su delirante campaña autopropagandista bajo el pretexto de una crítica al plan contra el narcotráfico del presidente Bush.La propuesta de García de un trato nuevo entre el Gobierno de Estados Unidos y los agricultores peruanos para reemplazar el cultivo de la coca por productos legalmente exportables, evitando así la ruina económica de esos campesinos, sería válida -y encomiable- si en vez de formularla en vagos términos generales a través de un artículo periodístico la hubiera presentado, previo un serio estudio de factibilidad, al mismo Gobierno norteamericano, demostrando de este modo un auténtico espíritu de cooperación para la solución de ese dramático problema. Tal como lo ha hecho, en cambio, sólo es una muestra más de su voluntad de enfrentamiento y de su manía protagonista.
La mayor parte de los peruanos, señor director, son víctimas, desde casi cinco años, de la irresponsable actitud de un gobernante que, en vez de dedicarse silenciosamente a resolver el caos que ha creado su Gobierno, se entretiene en dar consejos que nadie le ha solicitado, como al presidente Menem al iniciar su Gobierno, al dictador Noriega de Panamá, a los gobernantes polacos de Solidaridad, viajando hasta Varsovia -donde nadie lo había invitado- y ahora al presidente Bush.
A lo único que aspiran actualmente los peruanos es a que su presidente permanezca mudo hasta el fin de su mandato.-
