Ivan Berend: "La reforma en Hungría no es un retorno al capitalismo"
El presidente de la Academia de Ciencias cree que el partido comunista vive "una dramática transición"
El economista Ivan Berend fue designado presidente de la Academia de Ciencias de Hungría hace cuatro años, cuando el líder Mijail Gorbachov iniciaba en la Unión Soviética una reestructuración (perestroika) que sacude al bloque de países del Este. Berend habla de ese proceso en pleno desarrollo y de las reformas húngaras con la parsimonia de un académico, sólo alterada por algún adjetivo que denota la pasión política por el momento de cambio histórico que atraviesa su país.
Berend, de 58 años, es miembro del Comité Central del Partido Socialista Obrero Húngaro (PSOH comunista), autor de ensayos sobre desarrollo económico, profesor en varias universidades occidentales y miembro de la comisión que revisa la interpretación histórica de los cambios registrados durante las últimas dos décadas en Hungría. A paso por Madrid, invitado por el Consejo de Investigaciones Científicas, respondió a las preguntas de EL PAÍS.Pregunta. ¿Qué define hoy al bloque del Este?
Respuesta. Pienso que el sistema está en una crisis profunda, y no se podría hablar de un bloque consistente o de un sistema de alianzas muy consistente. Los cambios afectan a dos planos: se podría hablar de un grupo horizontal y otro vertical de países del Este.. El grupo vertical (la URSS, Polonia, Hungría, y, de una forma diferente, Yugoslavia) está orientado a importantes reformas y cambios profundos; especialmente Polonia y Hungría, pero también la URSS tienen aún la oportunidad de realizar reformas radicales. El grupo horizontal (la República Democrática Alemana, Checoslovaquia, Rumania, Bulgaria) es básicamente tradicional, conservador. Ideológicamente, tampoco hay espacio para un cambio inmediato o a corto plazo. Esto es una fuente de conflictos en el interior del área.
P. ¿Los conceptos reformista y conservador definen lo que ocurre en estos países?
R. La situación real es mucho más compleja que eso. En el caso de Hungría se podría decir que hay dos tipos de conservadurismo. Uno es el conservadurismo comunista tradicional, el de los partidarios de la línea dura, que están básicamente aislados. Socialmente hablando no son importantes. Y hay otro conservadurismo, el de la derecha populista-nacionalista que está en la oposición democrática. Es una suerte de nacionalfundamentalismo que tiene manifestaciones en Hungría y en Centroeuropa. Una mezcla de tendencias. En el campo progresista, por su parte, hay también muy diversos puntos de vista. El partido en el poder, el PSOH está en una dramática transición. El ida reformista se define a sí misma como un tipo de partido socialista-socialdemócrata europeo que busca la liberalización mediante estructuras mixtas y está orientado hacia una economía de mercado sin limitaciones, hacia una democracia real, mediante la adopción del sistema multipartidario y el parlamentarismo y de transformaciones legales, incluyendo una nueva Constitución, el autogobierno y diversos tipos de autonomía. Algunos partidos de la oposición buscan las mismas cosas.
Reformulación
P. ¿Habrá una reformulación que agrupe a los reformistas de ambos campos?R. Existe esa posibilidad. Un posible grupo es el cristiano-populista-democrático-nacionalista (Foro Democrático, Partido Democristiano y otras formaciones). Este grupo puede tener un apoyo masivo. El otro sector es el socialista-social-demócrata de tipo europeo: reformistas del PSOH, del PSD, una parte del Foro Democrático, entre otros, podrían integrarlo a largo plazo.
P. ¿Cómo influye la perestroika en los cambios húngaros?
R. La perestroika y la glasnost, iniciadas en 1985 por Gorbachov, tuvieron un impacto enorme en Hungría. Sin esos cambios en la URSS no se habría alcanzado el actual grado de transformaciones.
P. ¿Cuáles son los principales problemas económicos?
R. El elemento más importante de la crisis económica es el endeudamiento exterior (20.000 millones de dólares acumulados en los últimos 15 años). El segundo problema es la estructura productiva obsoleta. El tercer elemento es que el sistema económico oficial no es suficientemente eficaz. Por eso emprendemos una tarea histórica: cambiar de un sistema monolítico unipartidario a otro democrático, y entre tanto, modificar la economía hacia un sistema de mercado real.
P. ¿Una vuelta al capitalismo?
R. A veces, en Occidente e incluso en el Este se interpreta que es un retorno al capitalismo. Creo que no es el caso, que será diferente. Lo que vamos a hacer es un sistema realmente mixto, con elementos del socialismo en él, pero no del tipo soviético. Un sistema con objetivos socialistas en un desarrollo a largo plazo. No un retorno al capitalismo. Después de cuatro décadas no podemos volver a una situación previa.
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