Un efusivo saludo entre Hassan y Guerra en Sevilla abre paso a la visita más esperada de la década
España y Marruecos rompieron uno de los más tenaces maleficios que pesaban sobre sus relaciones bilaterales a las 16.02 de ayer, cuando el rey Hassan II pisó suelo sevillano y estrechó durante un minuto, largo la mano del vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra. Poco antes, el marqués de Mondéjar, jefe de la Casa Real, había expresado ese sentimiento al saludar calurosamente al embajador de Marruecos en Madrid, Azedin Guesus, y decirle: "Felicidades. Lo hemos conseguido". El rey Hassan llegará hoy a Madrid, en visita oficial, después de esta primera jornada de descanso en Sevilla.
Hassan II pasó la tarde y noche de ayer en Sevilla, antesala de su primer viaje oficial a España. La mera celebración de este viaje es ya un acontecimiento en sí, cuya dimensión supera los acuerdos que España y Marruecos firmarán los próximos tres días.El monarca fue puntual. El jumbo de la compañía Royal Air Maroc que le traía de Rabat aterrizó a la hora prevista en el aeropuerto hispalense de San Pablo. Unos 600 marroquíes venidos en autobuses desde diversas provincias andaluzas esperaban a su soberano y jefe espiritual con rojas banderas jerifianas, retratos del monarca y un entusiasmo que se desbordó en vivas y yuyus cuando éste hizo su aparición en la puerta del aparato.
Hassan II les vio, sonrió y les envió varios besos antes de descender y estrechar calurosamente la mano de Alfonso Guerra, que presidía la delegación española que dio la bienvenida al monarca. La presencia del vicepresidente del Gobierno en el aeropuerto de San Pablo satisfizo de modo muy particular a las autoridades marroquíes. Guerra es tenido en Rabat como un hombre poderoso, tradicionalmente crítico respecto a Marruecos e interlocutor español privilegiado del régimen argelino, ahora reconciliado con Marruecos y en plena descomposición.
Como testimonio de la voluntad del Rey y el Gobierno españoles de consagrar con esta visita las buenas relaciones existentes actualmente entre ambos países, el monarca alauí tuvo un recibimiento de lujo, pese al carácter privado de la etapa sevillana de su viaje. Además de Guerra y el marqués de Mondéjar esperaban al rey de Marruecos el ministro de Relaciones con las Cortes, Virgilio Zapatero; el presidente de la Junta de Andalucía, José Rodríguez de la Borbolla; el alcalde de Sevilla, Manuel del Valle, y el embajador de España en Rabat, Joaquín Ortega. "Esta visita ha tenido una gestación muy difícil y, una vez en marcha, queremos que camine sobre una alfombra voladora", dijo uno de los hombres de la Moncloa presentes en Sevilla.
España y Marruecos firmarán en los tres primeros días de esta semana acuerdos en materia de inversiones, cooperación militar y estudios sobre el proyecto de enlace fijo a través del estrecho de Gibraltar. No podrán, en cambio, materializar el acuerdo sobre difusión de la televisión española en Marruecos que deseaba el Gobierno español.
Los proyectos técnicos de esa idea están avanzados aunque no ultimados, pero sobre todo falta la voluntad política marroquí de llevarlo a cabo. Hassan II declaró el pasado viernes en su palacio de Sjirat que consideraba prematura la difusión de TVE en su reino, dado el deficiente sistema de enseñanza del castellano en el mismo. No obstante, en las más importantes ciudades marroquíes se han visto o se ven cadenas en inglés o italiano.
Hassan II recibirá en el palacio del Pardo, al término de su visita a Madrid, a una delegación de judíos asentados en España pero originarios de Marruecos, en un nuevo gesto hacia la comunidad hebrea, informa Ignacio Cembrero. "Con esta iniciativa el rey demuestra que no establece diferencias entre sus súbditos musulmanes y judíos", dijo ayer Samuel Toledano, secretario general de la Federación de las Comunidades Sefardíes de España.
Toledano, que encabezará la delegación que acudirá al Pardo el jueves, aseguró que durante el encuentro él y sus acompañantes " agradecerán ante todo a Hassan II sus gestiones tendentes a promover el diálogo árabe-israelí y le harán sugerencias para mejorar la suerte de la colonia judía asentada en su reino".
Hassan II llegó ayer a Sevilla, seguro y sonriente, vestido con traje y con un rosario musulmán en. la mano. Al llegar a la altura de sus compatriotas, se acercó a saludarles, lo que desbordó su entusiamo. El monarca iba acompañado de dos de sus cinco hijos, Mulay Rachid y Lala Mariam; el ministro de Exteriores, Abdelatif Filali, y otros consejeros personales y miembros del Gobierno marroquí. Cuatro coches Mercedes enviados por la Zarzuela transportaron desde el aeropuerto al hotel Alfonso XIII al rey y a sus más próximos acompañantes. Otros treinta turismos y cinco minibuses se llevaron al resto del séquito.
[Por otra parte, un grupo de emigrantes marroquíes se manifestó ayer delante del Ministerio de Exteriores en favor de los derechos humanos de su país con motivo de la visita de Hassan II, informa Efe.]
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