El flujo de refugiados de la RDA alcanza ya los 17.000
Desde la tarde del sábado hasta medíodía de ayer, otros 1.400 ciudadanos de la República Democrática Alemana (RDA) cruzaron la frontera entre Austria y Hungría hacia los campos de acogida de la localidad fronteriza bávara de Passau. Las autoridades de la República Federal de Alemania (RFA) esperaban que el flujo de refugiados continuara a lo largo de la tarde y la noche de ayer hasta alcanzar una cita superior a los dos millares a lo largo del fin de semana. Esto supondrá que, durante la primera semana de apertura de la frontera húngara, más de 17.000 alemanes orientales han decidido escapar a Occidente.
Estos últimos refugiados, a diferencia de los que esperaban en los campos de acogida de Budapest y el lago Balatón, llegan preferentemente a bordo de sus propios automóviles o por otros medios, pero en pequeños grupos. Sin embargo, todavía se siguen utilizando transportes colectivos. Las autoridades de la Cruz Roja austriaca indicaron que durante la tarde de ayer, tenían previsto, salir cinco autobuses con 265 personas a bordo, y que otros siete autobuses estaban preparados para transportar a 400 refugiados más.Los campos de acogida en Hungría han sido ya cerrados definitivamente, si bien en el puesto fronterizo de Nickelsdorf, en Austria, se mantiene abierto un puesto permanente de acogida. Tras la primera oleada que vació los campos de refugiados instala dos en Hungría el lunes y martes pasados, la cifra de alemanes orientales que salía de Hungría descendió considerablemente hasta dar la impresión, a finales de semana, que el éxodo masivo estaba acabándose. Sin embargo, las cifras de este fin de semana han puesto en evidencia que el fenómeno puede alargarse durante mucho tiempo más. Hasta el momento, y desde que, se inició el éxodo masivo de ciudadanos de la RDA a principios de agosto, cerca de 25.000 alemanes orientales han pasado sin el permiso de su país a la RFA.
Hungría, por su parte, no está dispuesta a cerrar su frontera con Austria, pese a las críticas recibidas del régimen de Berlín Este y de los países alineados en el frente de la ortodoxia comunista, como Checoslovaquia y Rumanía. El primer, ministro húngaro, Miklos Nemeth, escribió ayer una especie de carta abierta en el periódico dominical de la RFA Bild am Sonntag en la que aseguraba que las fronteras habían sido abiertas "en nombre de la humanidad", e insistía en que la situación en las fronteras se había hecho insostenible.
"El problema no está resuelto, pero ahora ya no está en nuestras manos", añadía Nemeth, para quien "sólo pueden encontrar una solución los dos Estados alemanes". El jefe del Gobierno húngaro resaltaba en su texto la solidaridad mostrada por el pueblo húngaro y agradecía la ayuda prestada por las iglesias de ese país. Nemeth acusaba recibo de las críticas recibidas por parte de su aliado, la RDA. "Sólo puedo responder que Hungría se ha atenido a los principios de la Conferencia de Helsinki. Cuando [Mijail] Gorbachov habla de la casa común europea, no se refiere a cerrar las fronteras. En una casa de esa índole no puede haber habitaciones separadas por alambradas".
'Luz verde' soviética
Hungría, en todo caso, parece haber actuado a lo largo de toda esta crisis en completo acuerdo con Moscú. La luz verde que el Kremlin debió dar a la decisión de Budapest de abrir sus fronteras y permitir la salida de los miles de refugiados que se hacinaban en campos provisionales fue otorgada con mucha más antelación de lo que se creía.
El diario norteamericano The Washington Post afirmaba ayer en primera página que la URSS no puso ninguna objeción cuando Hungría le comunicó, hace tres semanas, que pensaba abrir la frontera al éxodo de refugiados de la RDA. Según el periódico, pocos días antes de. que el ministro de Asuntos Exteriores húngaro, Gulya Horn, viajara inesperadamente a Bonn para entrevistarse con el canciller, Helmut Kohl, y su colega, Hans Dietrich Genschler, para tratar sobre el tema de los refugiados, un alto funcionario del Ministerio de Exteriores húngaro viajó a Moscú para consultar el tema.
[Fuentes húngaras en Moscú aseguran, en cambio, que ningún, funcionario de su país viajó a la capital soviética antes de que se abriera la frontera entre Hungría y Austria, aunque sí es cierto que el Kremlin fue informado de la decisión adoptada por Budapest y que no presentó ningún reparo, informa Rodrigo Fernández. "Hungría tiene la costumbre de consultar tan sólo a las partes interesadas, y Moscú no era una de ellas en este caso", afirmó el delegado de la agencia oficial húngara MTI, Andreas Szanto. Esta opinión fue corroborada por el representante de la radio nacional húngara en Moscú, Gabor Izbeki.]
Fuentes diplomáticas en Bonn consultadas por EL PAÍS confirmaron que el Kremlin no puso objeciones a la decisión ya tomada por Budapest de abrir las fronteras.
La postura de la URSS -cuya televisión emitió en todo momento las imágenes del éxodo facilitadas por la televisión húngara- a lo largo de esta crisis ha sido de una total delicadeza. Sus críticas han provenido únicamente de los sectores más duros del régimen, enviados, como Egor Ligachov, a hacer relaciones públicas con sus correligionarios de Berlín Este, llevándoles además el regalo envenenado de la visita del líder soviético, Mijail Gorbachov, para asistir a los actos del 40º aniversario de la fundación de la RDA.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.