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CAMBIOS EN EL ESTE

Afanasiev: "El partido comunista soviético ha perdido su autoridad"

El diligente de la oposición parlamentaria critica la política del PCUS sobre nacionalidades

RODRIGO FERNÁNDEZ, "Hace tiempo que el Partido Comunista de la URSS (PCUS) no tiene autoridad, y su actual Comité Central es incapaz de resolver los problemas interétnicos" opina Yuri Afanasiev, uno de los líderes de la oposición parlamentaria en la URSS. Afanasiev, rector del Instituto de Archivos e Historia y copresidente del Grupo Interregional de diputados, conversa con EL PAÍS sobre el reciente mensaje de Mijail Gorbachov y acerca de la situación política que vive el país en vísperas del Pleno del Comité Central del PCUS en el que, a partir de mañana, se tratará el problema de las nacionalidades.

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Afanasiev considera oportuno el llamamiento de Gorbachov a los soviéticos, porque "la gente ya se ha acostumbrado a que en situaciones difíciles y complejas la dirección del país se dirija a la población". Sin embargo, no está contento con el mensaje del líder. "El contenido no me ha dejado satisfecho. En un plano general, da la impresión de que el llamamiento lo hubiera hecho una persona ajena a lo que acontece y no el primer dirigente del país. Tampoco me gusta que no haya estado dirigido a nadie en concreto. Sí, claro, critica a izquierdistas y derechistas, pero todo está repartido en partes iguales, mitad a unos y mitad a otros. Cuando se refiere a los derechistas, creo que ya es hora de decir quiénes son y dónde están: en el Politburó, en el Comité Central o en otro medio", explicó."Tampoco estoy muy satisfecho con lo que Gorbachov dijo del partido", continúa Afanasiev. "Pareciera que todos los males se deben a que alguien atenta contra la autoridad del partido, y que por eso éste pierde terreno. Creo que semejante enfoque no es realista. El partido no tiene autoridad o, por lo. menos, la ha perdido sustancialmente. Creo que tenía la autoridad de la fuerza, pero este partido hace mucho que no tiene la fuerza de la autoridad".

Sinceridad

Para ganar autoridad, dice Afanasiev, el partido comunista debe juzgar más críticamente la situación en el país y "llamar las, cosas por su nombre". También debe seleccionar "candidatos dignos para las elecciones locales, gente seria, que realmente esté preocupada por lo. que suc¿de en la sociedad". Además, según el político radical, "hay que cambiar el periódico Pravda y'toda su dirección, para que el órgano del Comité Central no provoque risas. Porque ya nadie lo toma en serio. Hace tiempo que he comprendido y que veo que este diario tiene cómo tarea ocultar la verdad y desinformar a la población".

El político opositor es partidario, por otra parte, de que el PCUS deje de inmiscuirse en la economía y la gestión administrativa. Comentando la resolución del Politburó sobre mercancías deficitarias, que fue publicada el mismo día que el mensaje de Gorbachov, dice: "A la luz de lo que se habla sobre el papel que debe ocupar ahora el partido y sobre que hay que traspasar el poder a los soviets, me parece francamente irrisoria. Presentar como algo serio la destitución del vicepresidente del Comité de Planificación porque no hay pilas, jabón y otras cosas es lo contrario de lo que se debería hacer. Si el partido continúa ocupándose de elevar la cosecha y el ordeño de las vacas, no llegaremos a ninguna parte."

Afanasiev piensa que el problema de las nacionalidades necesita deuna evaluación diferente a la dada por el partido. La declaración del Comité Central del PCUS sobre la situación en el Báltico, que advertía contra los ánimos nacionalistas y separatistas en Estonia, Letonia y Lituania, le ha dejado."muy preocupado". Afanasiev piensa que es absurdo hablar de que allí se vive, una "histeria nacionalista", como hizo la declaración, y que los procesos que se desarrollan en estas repúblicas soviéticas amenazan los cimientos del Estado.

"Creo qué los autores de este documento no tienen en cuenta en absoluto los procesos que ocurren en el Báltico. En esencia, considero que éstos se desarrollan en los marcos de la perestroika, es decir, son procesos que están llamados a garantizar la soberanía, la autonomía, la dignidad nacional y la original cultura de las repúblicas bálticas". Y, en franca contradicción con la opinión del Kremlin, el historiador añade: "Vistos désde este ángulo, estos prócesos necesitan de nuestro apoyo, de desarrollo, incluso de estímulo".

El problema nacional

Refiriéndose al pleno delos comunistas que se abrirá mañana, Afanasiev señala que tiene "serias dudas de que ese Comité Central que firmó la declaración sobre el Báltico y que elaboró la plataforma del PCUS sobre la política de las nacionalidades pueda resolver este problema". El diputado radical afirma que estos documentos "no pueden servir de base satisfactoria para formular una política de las nacionalidades". A la plataforma le critica que no se estipule el derecho de las repúblicas federadas a separarse de la URSS. "¿Cómo se puede hablar de. soberanía e independencia si no se tiene esté derecho? Además, se dice en este documento que la tierra es propiedad de las repúblicas, pero luego se enumeran una serie de clásulas que hacen de esta propiedad algo ficticio. Lo mismo puede decirse sobre la autonomía económica", puntualiza.

"Hay que terminar de una vez y para siempre con el legado imperial de Stalin, con la actual estructuración de la URSS. Para ello hay que formular unas relaciones contractuales completamente nuevas entre repúblicas soberanas e independientes. Soy partidario de estudiar seriamente la posibilidad de una confedera ción y la total voluntariedad de la Unión", dice Yuri Afanasiev.

El parlamento soviético, según Afanasiev, uno. de los cinco copresidentes del Grupo Interregional, deberá también resolver el problema de los diferentes tipos de propiedad en la URS Afanasiev opina que la propiedad privada debe ser restablecida, pero que ciertas limitaciones respecto a la tierra. "No se la debe poder vender, para excluir que se viva del trabajo ajeno".

Las huelgas, aunque no son deseables, parecen inevitable "Al Comité Central y al Soviet Supremo les falta autocrítica, reconocer que la política del partido y del Gobierno va siempre con retraso, a la zaga de los acontecimientos". Y cuando no hay política que se les adelante entonces, en opinión de Afanasiev, las huelgas tienen fundamento. "Y el que incluyan reivindicaciones de carácter político me parece positivo", añade "porque testimonia que estamos madurando políticamente".

No a las huelgas

Sin embargo, el diputado deja en claro que no es partidario de las huelgas "como método para resolver los problemas sociales, porque veo la fragilidad de nuestra economía. Tal vez no podrí soportarlas y se desmonoraría".

Afanasiev no está seguro qu el Soviet Supremo se esté ocupando de lo que realmente debiera. "Tengo serias dudas de que estemos obrando bien al concentrarnos en la elaboración de leyes. Uno diría que deberíamos aplaudir el que de las discusiones y choques de opiniones surjan leyes que son necesarias. Pero ¿no estaremos sembrando nuevamente ilusiones vanas? No estoy convencido de que se pueda aprobar leyes que sirvan tanto para Estonia como para Turkmenistán. Quizá sería mejor con centrarse en elaborar las direcciones estratégicas -estructuración de la Unión, por ejemplo-, y dejar que las leyes se aprueben en las repúblicas federadas".

Aunque no tiene muchas esperanzas de que los documentos preparados por el PCUS sean criticados duramente y modificados sustancialmente, Afanasiev no quiere descartarlo por completo esta. "En un principio pensamos que nuestro parlamento iba a ser algo decorativo, pero ha resultado capaz de mucho más, de convertirse en una especie de asamblea constituyente. Por eso, aunque no espero nada extraordinario [del próximo pleno y de la sesión de Soviet Supremo], no quiero pensar que todo está predeterminado a ser negativo. Deseo creer que las cosas pueden mejorar y que esto también depende de nosotros".

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