Un grupo de cazatesoros localiza tres toneladas de oro en un barco hundido

Un grupo de norteamericanos apasionados de la electrónica ha realizado el sueño de todos los cazadores de tesoros del mundo: descubrir oro por un valor de varios centenares de millones de dólares en el precio de un navío perdido en el fondo del océano.Tres toneladas de oro en piezas, lingotes y barras componen el cargamento del vapor Central América, que se hundió el 12 de septiembre de 1857 a 320 kilómetros de las costas- de Carolina del Sur, causando la muerte a 423 pasajeros, lo que constituye sin duda el hallazgo más bello de la historia de las capturas de tesoros en los Estados Unidos y probablemente del mundo.

"No hubiera soñado jamás, una cosa como ésta. Es como las historias de tesoros que aparecen en los cuentos de niños, ha declarado al Washington Post el director del proyecto,Tom Thompson. En un comunicado emitido el jueves, Thompson ha precisado que este descubrimiento ha sido posible gracias a la combinación de investigaciones históricas y la utilización de una tecnología perfeccionada durante cinco años."Hemos reunido y puesto sobre el ordenador todos los datos sobre las últimas horas del navío facilitadas por los supervivientes (más de 150) y otros testimonios para determinar su localización más exacta. También hemos utilizado equipos de sonar perfeccionados.

El navío fue víctima de un huracán mientras efectuaba el trayecto entre la costa atlántica de Panamá, entonces provincia de Colombia, y Nueva York. Los pasajeros que se habían hecho ricos durante la fiebre del oro en California fueron transportados por un primer buque a lo largo de la costa del Pacífico de la provincia y atravesaron el istmo de Panamá por tren para transbordar al Central América, La desaparición de tal cantidad de metal precioso fue uno de los factores del crack de 1857, la crisis financiera más grave del siglo pasado en los Estados Unidos.

El valor del botín se estima que equivale a 450 millones de dólares en dólares de hoy (unos 56.250 millones de pesetas). Los descubridores han registrado sus derechos de posesión sobre el tesoro ante la Justicia norteamericana.