10.000 surafricanos marchan en Johanesburgo contra el "apartheid" y la violencia
Tan sólo dos días después de tomar el mando del país, el presidente Frederick de Klerk ha revolucionado al menos un aspecto del régimen surafricano. Por segunda vez en la semana, miles de blancos y negros se manifestaron juntos por las calles de una gran ciudad contra la brutalidad de la policía, y la policía no toma ninguna acción. El miércoles, 35.000 manifestantes marcharon por Ciudad de Cabo. Ayer, unos 20.000 lo hicieron en Johanesburgo.
Los manifestantes de Johanesburgo, como los de Ciudad del Cabo, marcharon lentamente por las calles tomados de los brazos. Salieron de la catedral anglicana de Santa María con destino a la plaza de John Vorster, donde se encuentra el cuartel general de la policía, distante unos dos kilómetros. La zona entera se encontraba desierta mientras los manifestantes, que llevaban banderas del proscrito Congreso Nacional Africano (ANC), la principal organización de lucha armada contra el régimen racista, y del partido comunista, recorrían pacíficamente la distancia.Al frente iba Frank Chikane, secretario general del Consejo de Iglesias Surafricanas, organizador de la manifestación. También había otros clérigos y líderes sindicales, así como Winnie Mandela -esposa del encarcelado líder del ANC, Nelson Mandela-, quien aparecia en un mitin público por primera vez en varios meses.
Desde su cuartel, los policías se asomaban curiosos a ver un espectáculo que nadie de menos de 25 años había visto jamás: una marcha pacífica por las calles de Johanesburgo. En la capital, Pretoria, cerca de 1.000 manifestantes se reunieron ayer en la céntrica plaza de la Iglesia para exigir la liberación de Mandela, sin que la policía interviniera.
Seis meses atrás, bajo la presidencia de Pieter Botha, tal tipo de manifestaciones era ¡mpensable; pero esta semana, el nuevo presidente De Klerk autorizó los mitines no violentos diciendo que no veía nada de malo en ellos.
De Klerk, quien debe tomar posesión oficial el próximo miércoles, estudia ahora la composición de su Gabinete, que debe ser una señal clara de sus intenciones en cuanto a la reforma política. De momento, el Gobierno y los líderes negros están midiendo sus intenciones y tratando de ganar mutuamente su confianza.
En todo caso, las manifestaciones de esta semana han sido ya un triunfo tanto para sus organizadores como para el Gobierno, que ha prometido al país y a los gobernantes extranjeros que mantienen un férreo bloqueo comercial contra Suráfrica introducir importantes reformas al sistema de apartheid.
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