Tritón, la luna rosada y fría, sueño de poetas
Las primeras imágenes de Tritón que llegaron a la tierra eran nítidas, extrañas, espectaculares y asombraron a cientos de científicos de todo el mundo que asistían al acontecimiento en el centro de control de Pasadena. La nave espacial Voyager 2 había estado otra vez a la altura de las circunstancias.
La atmósfera extremadamente delgada de este: satélite de Neptuno, compuesta de metano y nitrógeno, y la influencia de las radiaciones solares daban a este cuerpo celeste un aspecto rosado muy llamativo. También se descubrió una mancha azul en su atmósfera, que, según los científicos, era la primera señal de ese color que habían observado en un satélite del sistema solar. El misterio de esta mancha azulada aún no ha sido desvelado.
Los últimos análisis de las imágenes de Tritón han demostrado que la ficción y la realidad pueden a veces mezclarse. Los científicos esperaban descubrir en su superficie grandes lagos de nitrógeno líquido, y lo que, al parecer, han hallado son docenas de volcanes helados que despiden cristales de nitrógeno a la atmósfera, hasta una altura de 40 kilómetros. Ahora discuten alborozados las causas físicas y geológicas que pueden estar originando un fenómeno semejante. Estos volcanes podrían estar hoy en actividad o haberlo estado en el curso de los últimos 300 años, según el geólogo norteamericano Laurence Soderblom, aunque parecen dormidos. El entusiasmo hizo exclamar a algunos científicos que había que viajar a Tritón en lugar de a Marte.
Un ser vivo congelado
Los aparatos de la Voyager 2 han registrado la temperatura de Tritón. Según los especialistas, este satélite de Neptuno es el cuerpo celeste más frío del sistema solar. Su temperatura en superficie ronda los 400 grados Fahrenheit bajo cero (unos 222 grados centígrados bajo cero). A estas temperaturas difícilmente puede permanecer algún líquido en su estado normal. Bajo ciertas condiciones, el nitrógeno líquido que supuestamente puede haber bajo la superficie de Tritón, entre 20 y, 40 metros, saldría expulsado hacia el exterior por una fuerza de desintegración radiactiva interna del satélite, a través de grietas en el terreno. Vientos a más de 300 kilómetros por hora esparcirían el nitrógeno a largas distancias y en forma de grandes chorros.Los investigadores creen que las enormes estrías oscuras de la superficie de Tritón pudieran deberse a estas erupciones. También pueden tener relación con estos extraños fenómenos las grandes manchas rodeadas de coronas blancas que aparecen en su polo sur y que se asemejan a la nieve o la escarcha.
La superficie de Tritón puede estar compuesta por agua, metano y nitrógeno helados, según distintas hipótesis. Los datos aportados por la Voyager 2, que se aleja como una bala de la influencia de Neptuno, señalan que en ese planeta y su mayor satélite existen auroras boreales similares a las de la Tierra, aunque no son visibles.
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