La ministra de Justicia de Colombia da la cara
Mónica de Greiff negó ayer categóricamente que hubiera presentado su dimisión como Ministra de Justicia de Colombia y anunció que regresará a su país el miércoles 6 de septiembre para seguir desempeñando sus funciones en el Gobierno del presidente Virgilio Barco. De Greiff, de 32 años, anunció que pedirá a la Administración de George Bush una ayuda adicional de 19 millones de dólares para incrementar la protección a los jueces de su país, uno de los blancos favoritos de los capos del narcotráfico."Nunca me he planteado mi dimisión y regresaré a Bogotá el próximo miércoles para continuar cemo ministra de Justicia", dijo De Greiff en el transcurso de una breve: conferencia de prensa en la residencia del embajador, Víctor Mosquera, en la que apareció flanqueada por los miembros de la delegación colombiana que discute con funcionarios norteamericanos una serie de cuestiones relativas al problema del narcotráfico. Entre los miembros de la delegación se encontraba la plana mayor de las fuerzas de seguridad de Colombia, incluido el jefe de la inteligencia militar, general Camilo Zúñiga.
De Greiff reapareció el lunes en Washington para reunirse en medio de extraordinarias medidas, de seguridad sólo reservadas en este país para jefes de Estado y, ministros, con el fiscal general de Estados Unidos, Richard Thornburgh. Su paradero exacto se desconocía desde el viernes, fecha en que abandonó Bogotá tras recibir amenazas de muerte contra ella, su marido, de nacionalidad argentina, y su hijo de tres años.
La ministra, que vestía una chaqueta tweed de color azul y una blusa blanca, leyó en inglés una declaración ante los medios de comunicación en la que agradeció al pueblo y Gobierno norteamericanos la ayuda que estaban prestando a Colombia. Bush ordenó el viernes el envío de material militar al país suramericano por valor de 65 millones de dólares (unos 8.000 millones de pesetas), a los que hay que añadir una partida ya aprobada de cinco millones de dólares dedicados exclusivamente a la protección de los jueces de aquel país.
Pero Colombia considera que estos recursos no son suficientes para combatir "Ia extrema amenaza" que pesa sobre Colombia. Y ayer, De Greiff anunció que pedirá otros 19 millones para la compra de vehículos blindados, chalecos antibalas y sistemas electrónícos de vigilancia en los edificios judiciales.
La ministra rechazó de plano el envío de tropas norteamericanas para combatir la plaga de los narcotraficantes. "Nosotros tenemos nuestras fuerzas armadas, que están cumpliendo perfectamente con su cometido", dijo.
Extradiciones
El espinoso tema de las extradiciones, una de las mayores causas de irritación de Washington, fue expuesto en detalle por la ministra, quien manifestó que en estos momentos las posibles extradiciones estaban reguladas por un decreto administrativo de Barco, que había sustituido al tratado de extradición entre los dos países, prácticamente invalidado por el Tribunal Surpemo de Colombia en 1987. En los momentos actuales, explicó, las extradiciones se tramitan por el Consejo Nacional de Estupefacientes, compuesto por seis ministros y el presidente de la República, cuando un país las solicita mediante petición hecha al Ministerio de Relaciones Exteriores. Entonces, añadió, se notifica esa petición a la persona interesada, que puede interponer el oportuno recurso. "Colombia es un país que cumple sus leyes", dijo. El complicado procedimiento va a retrasar la extradición del tesorero del cártel de Medellín, Eduardo Martínez Romero, detenido en Colombia y cuya entrega Washington esperaba para esta misma semana y a cuyo fin había enviado un avión especial. Thornburgh informó ayer a Bush de su entrevista con su colega colombiana en el curso de una reunión convocada por el presidente norteamericano en su residencia veraniega de Kennebunkport (Maine), con sus principales asesores para dar los últimos toques a un importante plan de lucha contra la droga que será anunciado por el jefe del Ejecutivo el 5 de septiembre.
Carta al presidente Barco
A la sede del periódico El Colombiano, diario del cual es dueño el alcalde de Medellín, al diario El Tiempo de Bogotá y a otros periódicos regionales llegó ayer copia de una carta dirigida al presidente Virgilio Barco por Fabio Ochoa, padre de tres de los 12 grandes capos del país cuya extradición solicita Estados Unidos, informa Pilar Lozano. Fabio Ochoa, reconocido criador de caballos, empieza su carta con esta presentación: "Soy Fabio Ochoa Restrepo, de Salgar Antioquia, con 65 años cumplidos, padre de presuntos extraditables. Pobrecitos, que Dios los guarde". En su carta Ochoa pide diálogo. "Doctor Barco, que haya diálogo, que haya paz, que haya perdón. Ensayemos una especie de borrón y cuenta nueva. Hagamos una cruzada, empecemos por el narcotráfico, que hoy es el peor problema. Que ellos paren de seco, no más narcotráfico, no más guerras, no más asesinatos, no más bombas, no más incendios".
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