El Papa y Felipe González hablaron durante 30 minutos sobre Líbano, y la apertura en la Europa del Este

La situación en Líbano y el proceso democratizador en Hungría y Polonia constituyeron el grueso de las cuestiones tratadas entre el presidente del Gobierno, Felipe González, y Juan Pablo II, quien ayer concluyó, tras esta entrevista, su tercera visita a España. A las 1830, el Papa partió en avión de Asturias rumbo a Roma, después de reunirse con el jefe del Ejecutivo español durante 30 minutos en la sala de autoridades del aeropuerto de Ranón.

"No hemos hablado de temas económicos ni de las relaciones entre la Iglesia y el Gobierno", aseguró Felipe González en una improvisada conferencia de prensa que ofreció cuando los periodistas consiguieron romper los cordones de seguridad. En la agenda de custiones previstas a tratar entre el presidente del Gobierno y el Pontífice figuraba América Latina, asunto al que se unió el de la situación en Líbano, que el jefe del Ejecutivo había tratado, asimismo, anteayer en la entrevista que mantuvo con el presidente de la República Francesa, François Mitterrand. La posibilidad de que se abordara la problemática de Oriente Medio había sido ya avanzada por el embajador de España ante la Santa Sede, Jesús Ezquerra.La entrevista entre el Pontífice y el presidente fue "muy grata", en palabras de González, quien aseguró no haber abordado en el curso de la reunión ningún punto referente a Colombia.

Medios próximos a la Administración socialista avanzaron que en la entrevista, que se inicio a las 17.45 horas, no se abordaría la ayuda económica a la Iglesia -cuestión en la que la jerarquia del episcopado solicitará un incremento en el porcentaje de la asignación tributaria (impuesto religioso) sobre el IRPF-, ni tampoco las relaciones entre la jerarquía católica y el Gobierno socialista. "Esto se aborda en reuniones de otro nivel", aseguraron las citadas fuentes.

La aportación económica de la Administración a esta visita pastoral y privada del Pontífice no se conoce oficialmente. Según el embajador de España ante la Santa Sede, "han sido gastos del tipo de sueldos del personal que se ha movilizado; sin embargo", agregó, "las aportaciones más importantes las han hecho las comunidades autónomas".

Colaboración

Luis María de Zabala, director general de Asuntos Religiosos, destacó, por su parte, que la visita papal "ha demostrado la colaboración de este Gobierno y el respeto para con la iglesia católica, que también se hace extensible a las confesiones". Zabala consideró positiva la visita papal, al igual que minutos antes lo hubiera hecho Felipe González, quien calificó el desarrollo de este viaje de "muy bueno".

La entrevista entre el Pontífice y el jefe del Ejecutivo se inició con alabanzas al campo asturiano, que el propio Juan Pablo II había tenido ocasión de comprobar en su visita, por la mañana, a Covadonga. Gabino Díaz Merchán, arzobispo de Oviedo; el cardenal Ángel Suquia, presidente del episcopado español, y el secretario general del Papa, acompañaron al Pontífice a una excursión de algo más de dos horas por los lagos de Covadonga Juan Pablo II, previamente, hizo una comida ligera en la casa de ejercicios de Covadonga.

A las 17.30, tras viajar en papamóvil y coche blindado, el helicóptero Super Puma, que transportaba al Papa, aterrizó en el aeropuerto de Ranón. El presidente del Gobierno y el del, Ejecutivo asturiano, Pedro de Silva, esperaban al pie del helicóptero papal en compañía de cardenales y obispos.