El pionero de los trasplantes cardiacos predice el desarrollo de una sustancia que resuelva el rechazo
Norman E. Shumway, considerado número uno en el trasplante cardiaco, vaticinó ayer el desarrollo de una sustancia que permita manipular el sistema inmunológico de tal forma que éste no pueda reconocer como ajenos los tejidos de un órgano trasplantado. Esta sustancia resolvería totalmente los problemas del rechazo en el trasplante, que sigue siendo, 22 años después del primer implante, la principal dificultad que se encuentran los equipos médicos. Shumway participa en el curso Avances en el trasplante cardiaco, que se celebra esta semana en El Escorial. Actualmente sobrevive el 75% de los trasplantados cinco años después de realizarse la operación.
"En términos sencillos", explicó Shumway, "se puede decir que esta droga será como una especie de vacunación. Se trata de confundir al sistema inmunológico sólo respecto a los tejidos del donante, pero no se le quiere dejar inactivo frente a las infecciones, es decir, va a actuar de forma similar a como lo hace, por ejemplo, la vacuna del sarampión". El pionero en la investigación de los trasplantes cardiacos, que cuenta 66 años, señaló que la ciclosporina [droga que ha reducido el riesgo de rechazo y ha permitido el desarrollo de los trasplantes en la década de los ochenta] ha dado muchos millones de dólares al laboratorio que la comercializa. Hay un enorme interés en este campo, y otros muchos laboratorios están investigando en ese sentido". "Mi propio equipo en la universidad de Stanford está en ello", comentó el científico, "estoy convencido de que va a ser un descubrimiento inevitable, no hay que olvidar que en este siglo se han descubierto los grupos sanguíneos y desde entonces se ha avanzado mucho".Shumway, mostró optimista con respecto al futuro de los trasplantes de órganos, pero manifestó su escepticismo sobre la posibilidad de usar animales como donantes o corazones artificiales. "Ambas cosas pertenecen al futuro porque aún hay muchos temas que no han sido resueltos. En el primer caso, habría que contar con órganos de animales disponibles en gran cantidad, como el cerdo o la oveja, pero las diferencias genéticas son tan grandes que es muy dificil que el sistema inmunológico pudiese tolerarlo. Con respecto a las válvulas cardiacas hay que resolver aspectos como que sean totalmente implantables, con una fuente de energía inagotable, que no liberen calor y no emitan ruido. A esto hay que añadir los problemas actuales de coagulación de la sangre y el desgaste de la máquina. Principalmente el desgaste", dijo Shumway.
Enfrentamiento a Barnard
Ante este panorama, el cirujano, que desarrolló en un perro en 1960 la técnica de trasplante cardiaco usada por primera vez en humanos por Christiaan Barnard en 1967, situó la evolución inmediata de este campo de la medicina "en un uso mejor de los donantes que hay". Para ello es necesario mejorar las atenciones que se dan en las unidades de cuidados intensivos y concienciar al público. Shumway se negó ayer a comparecer en una conferencia de prensa junto a Christiaan Barnard, al que calificó de "vendedor de cosméticos". En Estados Unidos sólo se usan para trasplantes el 10% de los donantes potenciales, porque los médicos de intensivos no les cuidan adecuadamente. Actualmente se han realizado todas las combinaciones posibles en los trasplantes, utilizando incluso órganos de dos o tres donantes para un mismo receptor. Con respecto al injerto múltiple del corazón y pulmón, tema con el que clausurará mañana Shumway el curso, los equipos quirúrgicos se encuentran en el mismo punto que hace 10 años con respecto al trasplante de corazón. "Tenemos todavía mucho que aprender. En ese tipo de trasplante se da además una escasez más grande de donantes, porque con frecuencia los pulmones están contaminados. Éste es el único órgano humano que está en contacto directo con la atmósfera. En el 50% de los Pacientes que sobreviven aparece una especie de rechazo crónico insidioso y hemos tenido que volver a trasplantar a tres pacientes.Los problemas surgen en la evolución posterior", concluye.
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