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EL MAYOR AJUSTE ECONÓMICO DESDE 1984

Nicolás Redondo acusa al Gobierno de haber endurecido su política económica después de las elecciones europeas

El secretario general de UGT, Nicolás Redondo, acusó ayer al Gobierno de haber endurecido la política económica tras el 154 con "una catarata de medidas negativas para los trabajadores que ea se había atrevido a poner en marcha antes". Respecto a la concertación, el líder sindical sigue esperando que el Ejecutivo haga una propuesta seria y aclare qué quiere negociar, porque tiene la sospecha de que las ofertas lanzadas por los ministros económicos "intentan confundir a la opinión pública". La central UGT estaría dispuesta a acudir a la Moncloa si Felipe González acepta discutir el programa sindical común que está elaborando junto a CC OO.

El endurecimento de la política económica se deriva, según Nicolás Redondo, de la entrada de España en el Sistema Monetario Europeo (SME), que obliga a una disciplina en el control de la inflación, y a las medidas anunciadas en los últimos días por los ministros económicos consistentes en ralentizar el crecimiento económico y la de manda, lo que perjudicará a la creación de empleo, y en pedir de nuevo sacrificios salariales.Esas medidas las ha adoptado el Gobierno después de conocer los resultados de las elecciones europeas del 15 de junio, que el secretario general de UGT reconoce "son muy buenos para el PSOE". Lo que no admite Redondo es que algunos ministros se hayan puesto "eufóricos" con esos resultados e "intenten hacer creer que el 15-J ha borrado las demandas de la huelga general". El dirigente de UGT les aconseja que "no ignoren que el proyecto socialdemócrata no es concebible sin los sindicatos y menos en contra de ellos".

En la clausura de la Escuela de Verano de UGT, Redondo recordó ayer a los cuadros del sindicato presentes que las demandas del paro general siguen pendientes, y en declaraciones posteriores a la Prensa afirmó: "Estoy seguro que si el PSOE estuviera en la oposición hubieramos logrado las reivindicaciones del 14-D". Esa seguridad, explicó, se basa en que el partido socialista hubiese actuado en ese caso como un partido de izquierdas, sumando sus esfuerzos a los de los sindicatos y los trabajadores.

Los mensajes en favor de la concertación lanzados por Carlos Solchaga y Manuel Chaves son, en opinión de Redondo, confusos, porque coinciden con el anuncio de unos Presupuestos Generales del Estado para 1990 restrictivos, con la adopción de medidas de gran relevancia social que no se han consultado con los sindicatos, y con la retirada de las subvenciones a los cursos de formación profesional que organizan las centrales. El máximo dirigente ugetista asegura, no obstante, que quiere deja claro que ,"no rechazamos la concertación, rechazamos la nada que propone el Gobierno".

Para la UGT, el Gabinete socialista no quiere realmente concertar sino imponer un paquete de medidas de ajuste negativas para los trabajadores y no les parece serio que la oferta la lance Solchaga en la Universidad de Santander sin proponerla directamente a los sindicatos. Ante ello, Redondo asegura que se va a armar de paciencia hasta que "el Gobierno diga de manera seria y ante notario qué quiere concertar".

El sindicato, mientras tanto, seguirá elaborando junto a Comisiones Obreras la Propuesta sindical prioritaria en la que se recogen reivindicaciones que para Redondo "no son nada del otro mundo". Cita como ejemplos el control sindical de los contratos temporales que existe ya en el País Vasco, -donde hay un Gobierno que Redondo define de centro-izquierda-, y el salario social, vigente en la misma comunidad autónoma y en Cantabria, gobernada por un equipo de derechas.

El secretario general de UGT insta al Ejecutivo a que adopte una voluntad de cambio, luche contra las injusticias y "no se lave las manos como viene haciendo". Frente a quienes le motejan de "demagógico" afirmó que él confla en que en algún momento "tomen en serio al movimiento sindical y a la UGT y no provoquen conflictividad esperando que se vuelva en contra de los sindicatos, mientras el Gobierno aparenta representar el orden".

Voto socialista y 14-D

Nicolás Redondo afirma que su debilidad después de la huelga general fue "la generosidad" pero cree que no es incompatible "votar socialista e ir a la huelga". Por último advirtió al PSOE que "puede ganar elecciones mientras haya crecimiento económico, pero no se hace una política progresista si se margina a los trabajadores y no se redistribuye la riqueza".

Las conclusiones de la Escuela de Verano de UGT coinciden con el discurso de clausura del secretario general. Los cuadros sindicales entienden que la renuncia del Gobierno a practicar las políticas del bienestar pone aún más de relieve la responsabilidad de las centrales para encauzar las demandas de los más débiles, desde el ámbito europeo a la empresa más recóndita.

En los debates se ha concluido que el modelo económico del PSOE no es el único posible y lo califican de socialmente insatisfactorio, económicamente ineficiente a medio plazo, volcado en la recuperación de los excedentes empresariales sin control.

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