El universo como metáfora
El astrónomo Alexander Boyarchuk afirma que puede existir vida más precaria en otras galaxias
Alexander Boyarchuk es una autoridad en el campo de la astronomía dentro y fuera de la Unión Soviética, su país de origen. Su filosofía de la vida se la dictan las estrellas, y en su mundo impera la imaginación sobre la realidad. Actualmente es presidente electo de la Unión Astronómica Internacional (IAU), un club de nuevos sacerdotes que deciden lo que es metafísico o real en el devenir del universo. Sus miembros intercambian periódicamente sus descubrimientos, que quedan registrados en un ordenador en Boston (EE UU).
Nacido en 1931, Boyarchuk es un hombre que rebosa simpatía y plenitud. Al plantearle unos minutos de relajada conversación se muestra escurridizo, pero enseguida admite que cualquier tiempo está bien empleado si es para hablar de su tema favorito: las estrellas. Es presidente del Consejo Astronómico de la Academia de Ciencias de la URSS y lleva 34 años trabajando en el observatorio de Crimea (Unión Soviética). En este lugar privilegiado, junto al mar Negro, estudia fenómenos estelares no estables -como las novas-, estrellas simbióticas, atmósferas estelares y su composición química.Este astrónomo, que habla un inglés correcto no exento de cierta flema británica, ha intervenido recientemente en Madrid, en el coloquio número 122 de la Unión Astronómica Internacional (IAU), una especie de club de nuevos sacerdotes de la astronomía que deciden lo que es metarisico o real en el devenir del universo. Esta institución se interz:ambia periódicamente sus descubrimientos astronómicos, que están registrados en la memoria le un ordenador central en Bos,on (Estados Unidos). Los miembros de esta ínstitución indepenliente se reúnen cada cuatro años y eligen a su presidente y a los coordinadores de las más de 40 comisiones de investigación le este organismo. Boyarehuk desempeñará este cargo oficialmente entre 1991 y 1994.
En este último coloquio analiiaron la fisica de las estrellas nojas, unos objetos celestes que se cree están relacionados con la existencia de otro gran misterio del universo, como el de los sistemas estelares binarlos.
"Estudio, entre otras cosas, la composición de las estrellas, cuyas características químicas son muy diferentes de las moléculas que originaron la vida. Existe la hipótesis de que una serie de rnoléculas evolucionaron hasta un estado muy complejo que luego dio lugar a la vida. Los científicos intentan ahora crear en el laboratorio moléculas orgánicas a partir de otras inorgánicas, pero aún no han tenido éxito. Hay quien piensa que estas moléculas habrían llegado a la Tierra en meteoritos y que su existencia en nuestra galaxia se remontaría a mucho tiempo atrás, de manera que no sería en la Tierra donde surgió la vida".
"Somos carbono y oxígeno"
El astrónomo soviético cree que puede existir vida similar a la que conocemos en otras galaxias, aunque opina que desde el punto de vista energético, y teniendo en cuenta las condiciones de temperatura necesarias, sería difícil reproducir el cuerpo humano a partir de materia orgánica. "Nosotros somos en gran medida carbono y oxígeno. Sin embargo, hay procesos que teóricamente podrían inducir vida a partir del silicio y en condiciones distintas a las que conocemos. Pero esa hipotética vida sería más precaria y efímera que la nuestra".
Alexander Boyarchuk atribuye las teorías sobre el origen y el fin del universo a la imaginación filosófica del hombre. "Todas las teorías existentes sobre el universo son en realidad puras metáforas de la mente humana. Eso sí, para que sean admitidas han de basarse en elementos lógicos, pero siempre será difícil poder llegar a demostrarlas".
Aunque se mueve entre la probabilidad filosófica y la teoría científica, no pone en duda que el risico británico Stephen Hawking.es el teórico más importante que existe. "Hawklng vive envuelto en su propio mundo, un mundo fantástico difícilmente comprobable", advierte.
En su opinión, la existencia de los agujeros negros, esas hipotéticas regiones del espacio donde el campo gravitatorio sería tan poderoso que arrastraría hacia sí cualquier objeto, incluso la luz, sin posibilidad de escape, es contraria a toda realidad, ya que nadie los ha detectado. "Los astrónomos piensan que el centro de algunas galaxias podría ser un agujero negro, pero hay muy pocos objetos en el universo candidatos a serlo. Uno podría ser el sistema Cygnus X-1, que está en nuestra galaxia" concluye.
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