Ocho de los 14 condenados en el juicio de la colza siguen vendiendo aceite o lo han intentado
Al menos 18 de los 38 procesados en relación con el síndrome tóxico han intentado o logrado regresar a su anterior actividad profesional en el sector del aceite. Este es el caso de ocho de los 14 condenados por el envenenamiento masivo que costó la vida a más de 600 personas y lesionó a más de 25.000. La Administración no tiene ningún control específico sobre ellos. El director de Consumo de Castilla-La Mancha, Sebastián Miralles, confirma que continúa la venta a granel de aceite en toda España, incluidos los tres municipios toledanos (Carmena, Fuensalida y Cedillo del Condado) que ya denunció EL PAÍS en 1987.
Juan Miguel Bengoechea cumple en prisión la condena de 20 años que le aplicó el tribunal de la colza por dos delitos contra la salud pública y otro de imprudencia temeraria, mientras que su hermano Fernando resultó absuelto. El abogado de los Bengoechea, Julio Ferrer-Sama, informa que estos hermanos, tras ser procesados, "hicieron gestiones de mediación y compraventa de aceite que no tuvieron éxito porque están en entredicho en todo el gremio".Fernando Bau -absuelto- se enaltece de presidir la Asociación de España de Refinadores de Aceite, cargo que mantuvo durante todo el proceso, en virtud de la "reputación adquirida en 25 años dedicados a esta industria". Dice vivir de la herencia materna y de capitales ahorrados. Estudia emplearse como asesor de alguna industria aceitera, para lo que ya tiene ofertas.
Los hermanos Agustín y Tomás Baviera Mufloz, que declinaron hablar con EL PAÍS, han sabido sobrenadar el escándalo, que les supuso sendas condenas de seis meses por un delito de imprudencia temeraria. Venden, bajo el nombre de su nueva firma, Gaspar y Peral, cerca de 12 millones de litros de aceite anuales -dos millones y medio según estadísticas oficiales-, en su mayor parte en la Comunidad Valenciana, según fuentes del gremio, que cifran su facturación en 1.800 millones de pesetas. Actualmente, comercializan las siguientes marcas: Jaleo, El Ama, Jaleosol, Amasal, Deperal y Jarana. Los Baviera Muñoz continúan siendo los número uno en ventas de aceite en la Comunidad Valenciana, según las mismas fuentes, que comercializan en supermercados y clientes varios.
Enric Salomó -condenado a cuatro años por un delito contra la salud pública- posee ahora, según fuentes judiciales, dos masías, una de ellas heredada de su madre y la otra comprada, con sus correspondientes tierras de cultivo, que suman unas tres hectáreas, en las que recientemente plantó naranjos. Fuentes judiciales describen su situación financiera como "no muy holgada". Informaciones periodísticas no desmentidas le ligan con operaciones como comisionista en compraventa de aceite, dato que corrobora otro condenado, Florencio Feijóo, quien matiza que Salomó "no vende mucho".
"Vende más que antes"
Ramón Alabart recibió igual pena por idéntico delito. Afirma que intenta ahora rehacer su vida a traves de la boyante tienda de objetos de regalo que posee su mujer en Reus y la empresa de frutos secos de sus hermanos. Sin embargo, fuentes de la localidad de Reus apuntan que Ala bart sigue actuando en la com praventa de aceite, dato confir mado en varios profesionales del sector, incluido su compañero de banquillo, Florencio Feijoo: "Vende más aceite que antes de la colza".
Miguel Par Balcells -absuelto- es gerente de la empresa de refinado de aceite Resimesa (Refinerías del Mediterráneo SA), antes denominada Lípidos Ibéricos, de la que era cogerente. Esta factoría refina 400 toneladas al año de soja y 200 de girasol y oliva. Par dice ser un mero empleado que cobra al mes 50.000 pesetas (sic) y cifra en más de 80 millones la facturación anual.
Salvador Alamar -absuelto- se mantiene en el negocio del aceite, pero ahora "es intermediario puro, no tiene almacen ni nada para no complicarse la vida", según indica su abogado, Luis Rodríguez Ramos.
Francisco Alonso Puchades -absuelto- se dedica actualmente a la venta ambulante de ropa y objetos de papelería a bordo de su R-5 por la provincia de Valencia, tras haber fracasado en su intento de representar a una firma aceitera, según informa su abogado, Carlos Aguilar.
Antonio Gallego Jurado -absuelto- sigue al frente de Giresa que, según fuentes de la defensa, sigue siendo una industria potente. "Es gente de mucho prestigio que no ha bajado su actividad", indica un abogado. Su defensor sólo confirma que sigue al frente de GIRESA, pero no precisa cuál es su volumen.
Eloy Muro Benayas -absuelto-, indica su abogado, Dimas Sanz, continúa en el negocio del aceite a través de la empresa familiar Industrias Oleícolas Toledanas, que sobrepasó ya las iniciales restricciones crediticias.
Manuel Franco Pellicer -absuelto- se muestra orgulloso de no haber perdido en ningún momento la confianza de sus más de 100 clientes -"entre los que se hallan las firmas más importantes de España"-, por lo que continúa actuando como intermediario en compras de aceite.
Antonio Aguado Flores -absuelto- está a la espera de que la Administración desprecinte su industria, Aguado El Prado, para volver a su actividad habitual de refinado y venta de aceite, según su abogado, Luis Rodríguez Ramos. El director de Consumo de Castilla-La Mancha, Sebastián Miralles, por el contrario, afirma que no ha dejado de trabajar en el sector, a través de la empresa Unión de Aceites del Centro, en Cabañas de la Sagra (Toledo).
Jesús Portillo, cuñado de Antonio Aguado, -absuelto- ha trabajado este tiempo como transportista y ahora planea establecer una nueva industria aceitera, aunque separado de Aguado, según el citado letrado.
Ramón Surra -absuelto- continúa dedicandóse a la mediación en compraventa de aceites, particularmente en Cataluña, según indica su abogado.
Borrar la mala imagen
Víctor García García -absuelto- no ha dejado de trabajar en el sector del aceite a través de una empresa de compraventa que posee en Logroño y que ya ha cambiado dos veces de nombre tras el síndrome para borrar la imagen que le salpicó.
José María Abascal Romero -absuelto- explica que continúa trabajando en Sevilla como comisionista en la compraventa de aceite, tras pasar unos primeros años en que ninguna firma quería contar con sus servicios. Con ayuda de unos amigos ha conseguido superar ese "bache" y reintroducirse en el sector.
Florencio Feijóo Sánchez -cuatro años por estafa- afirma que ha estado trabajando a prueba para una de las principales firmas aceiteras de España, cuya dirección se resiste a acoger por la oposición familiar a verle de nuevo metido en este sector.
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