Cambios en Hungría

Con una gran capacidad para evitar las crisis, el partido comunista húngaro sigue su marcha hacia el establecimiento de una democracia parlamentaria. Ésta debe ser consagrada el año próximo por las primeras elecciones libres en Hungría desde 1947. El importante cambio de los dirigentes del partido enseña que no es el momento de compromisos sobre el contenido de las reformas, sino sólo sobre la forma de realizarlas. Elegido secretario general hace apenas un año, Karoly Grosz pasaba por ser partidario de un sistema político modernizado en el que habría espacio para ciertas formas de oposición, pero en el interior del partido único. Bajo la presión de los reformadores, dirigidos por el brillante y popular Imre Pozsgay, los conservadores no han dejado de perder terreno. El pasado febrero el pleno del comité central establecía un calendario con vistas a la celebración de elecciones presidenciales y legislativas en las que estarían autorizados a tomar parte muchos partidos. La rehabilitación solemne, meses después, de Imre Nagy, antiguo primer ministro cuando la insurrección de 1956, no deja lugar a dudas respecto al equilibrio de fuerzas. El nombramiento de Rezso Nyers como presidente de la nueva dirección colegiada de cuatro miembros de que se ha dotado el partido convierte en prácticamente irreversible el proceso comenzado. Los dirigentes húngaros, según los sondeos, piensan que pueden seguir siendo la principal fuerza política. 27 de junio