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Entrevista:

Marcelino Elosúa: "Mercasa dará a la empresa la estabilidad que necesita"

El objetivo es "enderezar la gestión"

Marcelino Elosúa de Juan, nieto del fundador de Elosúa, SA, una de las pocas empresas aceiteras de capital totalmente español, se ha convertido en pocos días, junto a Mercasa y el Banco Pastor, en el mascarón de proa de una operación empresarial y financiera diseñada para poner fin a las crecientes divisiones en el seno de la propiedad. A sus 33 años, este economista y sociólogo leonés, MBA por la universidad de Stanford, casado y padre de dos hijos, se perfila como uno de los artífices de este proceso de cambio, cuyo propósito es lograr enderezar la gestión de la compañía y apoyar su consolidación, además de intentar recuperar las deterioradas relaciones con la familia Pont, con la que los Elosúa decidieron en 1985 iniciar una andadura común que terminó con la adquisición conjunta de Carbonell

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Vuelta a la normalidad

Pregunta. ¿Cómo ha evolucionado económicamente Elosúa a lo largo de los últimos años, y, en concreto, en el ejercicio de 1988?Respuesta. Tenemos que remontarnos al año 198 1, en que se produce el síndrome tóxico y se inicia un progresivo despegue de las empresas de aceites que cuentan con marcas de confianza y prestigio entre los consumidores. De 1981 a 1985 las ventas y los beneficios se multiplican por cuatro. En 1985 y 1986 los resultados superan los 1.100 millones de pesetas, aunque en los dos años siguientes se frena esta tendencia, a pesar de disminuir el gasto publicitario, reducirse las amortizaciones y subir los precios. Así, los resultados de Elosúa en el sector de aceites al término de 1988, antes de beneficios atípicos, han sido muy inferiores a los que cabía esperar en esta actividad.

P. Elosúa, una empresa de estructura netamente familiar, decide en 1987 salir a cotizar a los mercados de valores. ¿Qué es lo que impulsa a la compañía a dar este paso, y qué le ha aportado?

R. La salida a bolsa constituye un paso más en el proceso de desfamiliarización de la empresa, que se ha visto culminado con la reciente entrada en el accionariado de Mercasa. La decisión de acudir a los mercados bursátiles se tomó con el objetivo de aumentar los recursos propios de Elosúa, que en ese momento -en comparación con las cifras de ventasestaban muy bajos, porque durante los años anteriores el crecimiento de la empresa no se había visto acompañado con aumentos de capital significativos, para no diluir la participación familiar. Por otro lado, se daba liquidez auna serie de accionistas, en el caso de que quisieran deshacer posiciones en la empresa.

P. La compra de Carbonell ha dado entrada en escena a la familia Pont...

R. La compra de Carbonell es un proyecto que inicialmente impulsa mi padre y que tras su muerte en 1984 yo apoyo decid¡damente. El objetivo era el de potenciar y favorecer la puesta en marcha de un gran grupo español de aceites. Para materializar ese proyecto se creó Aceites Españoles, sociedad en la que el grupo Pont posee un 22% del capital, y que durante el tiempo en el que participan ellos activamente en la gestión logra un extraordinario impulso.

Conflictos

P. Pero entonces empiezan a surgir los conflictos...

R. Sí. En el otoño de 1986 se constituye un comité ejecutivo compuesto por Andrés y José Manuel Elosúa Rojo, Juventino Pertejo y yo mismo. Este comité, que asume las competencias conferidas al consejero delegado, decidió suprimir el comité de dirección de Aceites Españoles, donde participaban los hermanos Pont. A lo largo de 1987 la participación de éstos en la gestión de esa empresa se va recortando.

P. Y empieza la guerra de ampliaciones de capital.

R. En efecto, en mayo de 1988 se plantea una ampliación en Aceites Españoles para ir acumulando fondos con objeto de devolver en agosto de 1989 el crédito oficial de 4.500 millones de pesetas concedido por el Ban-co de Crédito Agrícola. La posición de los Pont es la de no aumentar el capital y buscar soluciones alternativas de refinanciación de la deuda, y proponen que Aceites Españoles siga sin pagar dividendos. La propuesta es rechazada, fundamentalmente porque Elosúa, SA necesitaba los 300 millones que iba a obtener por este concepto para nutrir la cuenta de resultados de 1988, que se cerró con unos beneficios cercanos a los 600 millones.

P. ¿Cómo reaccionan ante ellos los Pont?

R. La familia Pont decide entonces no acudir a la ampliación, argumentando que es innecesaria y que se les ha apartado de la gestión. Lo que sí piden es que, de seguir adelante el desdoble, se haga con una prima o con un valor del derecho de suscripción que les compense. Poco después proponen la compra de la participación de Elosúa en Aceites Españoles (el 78%), ofreciendo por ella 8.000 millones de pesetas. La oferta es rechazada, y es entonces cuando se desata toda una serie de procedimientos civiles y penales promovidos por los abogados de ambas partes.

P. ¿Cómo se fragua la entrada de Mercasa en Elosúa?

R. La concesión del crédito oficial para la compra de Carbonell fue el primer paso de la Administración española para potenciar un gran grupo en un sector tan estratégico como es el aceitero. Este proyecto se ha ido deteriorando con el tiempo por los enfrentamientos con la familia Pont y por la mejorable dirección que tenía Elosúa. De alguna forma esa preocupación ha sido entendida por una empresa como Mercasa.

P. ¿Se produjo previamente un pacto para la entrada?

R. La decisión de Mercasa fue completamente autónoma. No ha sido dependiente de ningún acuerdo, lo que no quita para que una vez dentro haya sintonizado mejor con el proyecto empresarial que tiene el Banco Pastor y el grupo nuestro, Consejeros Empresariales Españoles.

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