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CAOS EN CHINA

Luto en Hong Kong por los sucesos de Pekín

, Hong Kong vivió ayer una jornada de luto tensa y sin grandes incidentes después de los enfrentamientos habidos en la madrugada entre policías y manifestantes, que se saldaron con 24 heridos. Los organizadores de la huelga general y de las cinco manifestaciones previstas para el día desconvocaron sus llamamientos ante el temor de que pudieran sucederse nuevos actos violentos, que, según la policía, fueron consecuencia de la "manipulación por un grupo de delincuentes" del dolor de la población por los acontecimientos de Pekín.

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A pesar de ello, los colegios fueron cerrados y numerosos comercios y fábricas no abrieron sus puertas al público. Para los trabajadores de Hong Kong, empeñados en hacer bussiness (negocios), el gesto simboliza la enorme preocupación que sienten los cinco millones y medio de chinos residentes en esta colonia británica.Frente al edificio de la agencia de noticias Nueva China, que ha venido actuando hasta ahora como embajada de la República Popular en Hong Kong, un grupo de jóvenes se inclina ante un enorme crespón negro que llora por los caídos en Pekín. Miles de coronas de flores, carteles de todos los tamaños, consignas y hojas de periódicos han sido depositados en la acera de enfrente. Esos centenares de metros evocan el desaparecido muro de la democracia de Pekín, que desafió, hasta su abolición al final de 1979, al poder central del Partido Comunista Chino.

Numerosos voluntarios cuidan de que los manifestantes sólo se detengan a hacer una reverencia y a firmar unas hojas de condolencias que piensan mandar a los estudiantes pequineses para mostrarles su solidaridad. Anoche ya eran casi dos millones los que habían desfilado frente al agencia china.

Crespones negros

Crespones ondean en las antenas de coches y autobuses. Todo el que circula por las calles, incluidos los bebés, llevan colocada una cinta negra en un brazo. Aunque las cinco manifestaciones fueron desconvocadas, los jóvenes se reúnen en cualquier plaza y utilizan cualquier monumento, como el de los caídos en las dos guerras mundiales, para recordar a sus hermanos de Pekín.

Winnie Lun, de 24 años y profesora de geografía en un colegio semiprivado, asegura que al dolor de la muerte se une ahora una mayor confusión sobre su propio futuro. "No tengo fe en el Gobierno chino, y estos trágicos acontecimientos lo han complicado todo mucho más".

Con la mirada puesta en 1997, fecha en que Hong Kong dejará de ser colonia británica para volver a formar parte del territorio chino, se ha cernido sobre Hong Kong una nube de incertidumbre. "Sin darles demasiado crédito, comenzaba a aceptar la posición del Gobierno de Pekín de que China podría tener dos sistemas distintos y que se respetaría nuestra libertad y modo de vida. Ahora, tras esta demostración de fuerza, ya no sé que pensar", añade Lun.

"Como la mayoría de los habitantes de Hong Kong me siento china, pero yo quiero un pasaporte británico", asegura. Según Lun, cuando se llega a un país que no es el tuyo procedente de otro más débil, la gente te mira por encima del hombro. "Seré siempre china. No quiero dejar esto, pero como mis padres vinieron de allí, de ellos también he heredado la desconfianza, hoy agravada, hacia los comunistas".

Sin embargo, desde que Londres y Pekín firmaron en 1982 el acuerdo para la devolución a China de la isla de Hong Kong y otros 235 islotes, la península de Kowlong y los Nuevos Territorios, más de 45.000 personas emigran anualmente de la colonia por falta de confianza en ese acuerdo. La fecha de entrega es tuvo determinada por el contrato de arrendamiento por 100 años de los Nuevos Territorios, que expira en, 1997, y sin los cuales este importante centro financiero mundial no puede sobrevivir. Sam Son, de 22 años y dependiente en el comercio de su padre, hace un llamamiento a la comunidad internacional para que el Gobierno chino abandone su "brutalidad", y está convencido de que sí se presiona fuerte "será posible hacerle entrar en razones y aún será viable para Hong Kong una transición pacífica del Reino Unido a China".

Bolsa e inversores

En medios financieros y diplomáticos nadie quiere aventurarse a evaluar las consecuencias que tendrá sobre Hong Kong la matanza pequinesa. La bolsa ha iniciado un peligroso descenso, y aunque el Gobierno local trata de calmar a los inversores, el pánico se está adueñando del mercado y ya se reconoce que algunas empresas se verán obligadas a cerrar sus puertas.

En Macao, la vecina colonia portuguesa que pasará a manos chinas en 1999, el dolor y la incertidumbre son similares a los vividos aquí. Con una población cercana al medio millón de habitantes, sus calles se han visto invadidas por manifestaciones de duelo de 200.000 personas.

[Ciudadanos de origen chino en Singapur retiraron más de 60 millones de dólares (7.800 millones de pesetas) del Banco de China en los dos últimos días ante el temor de que la entidad acabe cerrando y deje de operar. Los clientes, haciendo una cola de casi dos kilómetros esperaron toda la noche para retirar sus fondos cuando el banco abrió ayer sus puertas. Y varios millares más seguían allí después de que la entidad cerrara su jornada laboral. El Banco de China en Singapur es la vía más importante para que los chinos de Singapur transfieran dinero a sus familiares en China y para financiar importantes intercambios comerciales, informa Reuter].

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