Incidente del subalterno Periquito con Chopera
EMILIO MARTÍNEZ, Carlos Romero Periquito, subalterno que este año actúa a las órdenes de Marco Girón, tuvo un serio incidente con Manuel Chopera, al que llegó a llamar mafioso, en el túnel de cuadrillas, minutos antes del paseíllo. Periquito se presentó vestido con el traje de luces dispuesto a salir al ruedo, pese a que fue sustituído ayer en la cuadrilla de Girón por Joselito Calderón, que trabaja como administrativo de la empresa.
Marco Girón declaró que ya había informado a Periquito que ayer no iba a actuar con él, pues cuando la empresa le llamó para sustituír a Antonio Posada, le recomendó a Calderón. El novillero reconoció que habitualmente le acompaña Periquito, aunque entre ellos sólo existía un acuerdo verbal. Girón se sentía molesto por la tensa situación creada minutos antes de torear en Madrid: "Las cosas son así y hay que saber aceptarlas, tampoco pasa nada porque un día no toree conmigo".
No obstante, Periquito, visiblemente enfadado y descompuesto, manifestó que él iba a salir tambien al ruedo. La presencia de Chopera, con el que se encaró, no arregló las cosas, ya que el empresario se limitó a decir al subalterno que él no sabía nada: "Es tu matador el que no quiere que salgas con él, ¿no lo ves?". "Sí, pero porque usted le ha impuesto a su enchufado Calderón, que no tiene vergüenza", respondió Periquito. Chopera propuso una solución de compromiso, consistente en que Girán actuase con cuatro peones, lo que no fue aceptado por el novillero. Chopera, ante las nuevas y duras increpaciones de Periquito, se marchó, diciendo: "No dialogo si hay insultos".
Periquito finalmente no hizo el paseíllo porque se lo impidieron los policías, con los que incluso llegó a forcejear, indicándoles que le tendrían que retener a punta de pistola. El subalterno, que seguía muy alterado, afirmó entonces: "Chopera maneja a todo el mundo en la fiesta. Ya es hora de que seamos valientes y lo digamos en público". Añadió que el empresario impone siempre su ley sobre los toreros basándose en su fuerza. Después se marchó, regresando ya de paisano al tendido cuatro.
Molestos con el público
El propio Girón y Enrique Ponce se mostraban molestos con el público, porque en su opinión no habían valorado merecidamente sus faenas. Ponce se sentía satisfecho de su actuación, aunque detalló: "En el quinto la plaza estaba más pendiente de abroncar al presidente". El venezolano esperaba más pañuelos tras la muerte del último de la tarde: "Y ante mi sorpresa los espectadores se marcharon rápidamente".
Por su parte, el presidente, Tomás Tejero, puntualizó que no cambió ningún novillo porque ni él ni el veterinario asesor, Manuel Sanz, los vieron inválidos. Tejero agregó que en nigún momeinto saludó despreciativamente a los tendidos: "Ocurrió que Girón me pidió permiso para banderillear y le indiqué con la mano que no era necesario".
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