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LA CRISIS DE ORIENTE PRÓXIMO

Shamir critica en Londres las propuestas de Baker

El primer ministro israelí, Isaac Shamir, rechazó ayer en Londres el llamamiento norteamericano, efectuado el día anterior, a que Israel trate a los palestinos como vecinos con derechos políticos. Para Shamir, las afirmaciones en este sentido del secretario de Estado norteamericano, James Baker, son inútiles. El dirigente israelí reiteró que nunca negociará con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) ni aceptará la creación de un Estado palestino en los territorios ocupados.

Shamir, que hoy llega a España en una visita dirigida a presentar en Europa su plan de paz, se entrevistó en Londres con Margaret Thatcher, quien, según él, se mostró interesada por la iniciativa. La primera ministra -para quien el plan "es un paso adelante"- no le pidió que cambiara su actitud para con la OLP, según Shamir.Baker también considera positiva la iniciativa de paz, pero sus durísimas recomendaciones a Israel son rechazadas por Shamir, quien sólo quiere hablar sobre el ahora de su plan. "No podemos aceptar lo que Baker dijo sobre el futuro y cuestiones no relacionadas con el plan de paz, como, por ejemplo, la referencia al gran Israel y a los asentamientos", dos ideas que el secretario de Estado quiere que Israel abandone.

"No creo que sea útil discutir estas dos ideas que el secretario de Estado quiere que Israel abandone. No creo que sea útil discutir estas cuestiones en público", añadió el primer ministro israelí.

Tampoco cree Shamir que sea éste el momento de negociar la fórmula llamada territorios por paz, un eufemismo para referirse a la creación de un Estado palestino, que defendió Thatcher. Todos sus esfuerzos están dirigidos a poner en marcha su plan, que se abre con la celebración de unas elecciones en los territorios ocupados y que debe terminar, al cabo de cinco años, con el inicio de la elaboración de un plan de paz definitivo.

La Organización para la Liberación de Palestina no tendrá nada que hacer en este proceso ni nada especial se le va a exigir para demostrar su buena disposición. "No pedimos nada a la OLP porque lo que diga no tiene ninguna importancia", según Shamir, quien dijo que nunca discutirá con la organización palestina porque "con ello le reconoceríamos su derecho a participar en negociaciones y daríamos legitimidad a sus demandas sobre el Estado palestino".

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La posibilidad de que palestinos afectos a la OLP sean elegidos en los comicios ha sido considerada por el Gobierno isarelí, que en las últimas elecciones, en 1976, se encontró con ese caso. Todos lo que fueron elegidos entonces acabaron siendo destituidos y ahora dice Shamir el caso será distinto.

El Tel Aviv, el discurso que el secretario de Estado norteamericano, James Baker, pronunció el lunes ante el lobby judío en Estados Unidos, en el que exhortó al primer ministro israelí, Isaac Shamir, a "renunciar al sueño del gran Israel y a abandonar sus planes anexionistas", ha sido acogido como una ducha de agua fría en Jerusalén. Shamir ha salido al paso diciendo que Israel es un país pequeño y, por tanto, resulta absurdo que Baker hable de un gran Israel. Es cierto que Israel tiene una modesta extensión territorial, pero ese término es la traducción, aproximada e imperfecta, de la expresión hebrea Eretz Israel ha shlema, que quiere decir literalmente "el territorio integral o completo del país de Israel". Este Israel integral comprende los territorios de Cisjordania y Gaza, conquistados en 1967 y sometidos desde entonces a ocupación militar.

En resumen, el término gran Israel se utiliza para distinguir entre el pequeño Israel, anterior a junio de 1967, y el Israel del manana, que -como sueñan Shamir y sus aliados políticos- habría incorporado o anexionado formalmente estos territorios ocupados.

Las aspiraciones al Israel integral, que vuelve a sus fronteras bíblicas o, si se quiere, históricas, no son de ayer. Están en el corazon mismo del sionismo y reflejan el amor de Sión, presente en la memoria colectiva de los judíos que, después de siglos, repiten en sus oraciones: "Si yo te olvido, Jerusalén..."

Las referencias, pues, son históricas en la medida en que, para los judíos, la Biblia no es solamente un texto religioso, sino también la historia antigua del pueblo judío, que se remonta a fechas anteriores a su dispersión por el mundo.

"Derechos inalienables"

No es casualidad que todos los primeros ministros israelíes, desde Ben Gurión a Shamir, pasando por Golda Meir y Menahem Begin, hayan evocado siempre los "derechos inalienables" del pueblo judío al Eretz Israel, su patria histórica.

Sin embargo, si para los líderes laboristas israelíes estos derechos históricos no debieran originar un compromiso territorial dictado por la realpolitik y la voluntad de firmar la paz con sus vecinos árabes, para los jefes del Likud, estos mismos derechos históricos son un imperativo categórico, el principio rector de toda su política.

En el fondo, lo que Baker pide a Shamir y a Arens es volver al pragmatismo laborista. Tratar de realizar el gran Israel, dijo, supone arriesgarse a desactivar la iniciativa de paz israelí, porque los árabes y los palestinos no aceptarán jamás comprometerse en una empresa al final de la cual Shamir está decidido -como ha prometido a los ministros y diputados del Likud- a no ceder "ni siquiera un centrímetro cuadrado" de territorio.

[Por otro lado, cinco palestinos fueron heridos ayer por soldados israelíes en los territorios árabes ocupados, en la jornada de huelga general celebrada en los territorios ocupados en coincidencia con la cumbre de Casablanca, informa France Press].

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