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Entrevista:

Alex North: "Me siento muy satisfecho de parecer un músico europeo"

El compositor cinematográfico comenta su dilatada trayectoria artística en EE UU

El compositor cinematográfico Alex North es un testigo de la historia del cine. Nacido en Estados Unidos; en 1910, North comenzó a componer para la imagen en 1936, tras haber recibido una sólida formación musical en centros tan célebres como la Julliard School de Nueva York o el conservatorio Chaikovski de Moscú. Desde entonces, hasta El honor de los Prizzi y Dublineses, North ha colaborado con los más importantes directores estadounidenses. El compositor ha asistido a la tercera edición de los Encuentros de Música de Cine que se han celebrado la semana pasada en Sevilla. En esta entrevista declara que se siente satisfecho por "parecer un músico europeo".

La irrupción de Alex North en el ámbito de la música cinematográfica supuso una nueva dimensión para el género. Un tranvía llamado Deseo, Muerte de un viajante, Vidas rebeldes, Espartaco, Cleopatra, Bajo el volcán, son algunos de los filmes en los que ha colaborado.Pregunta. Su carrera musical se ha caracterizado siempre por una constante evolución que le ha mantenido siempre en la vanguardia. Sin embargo, Hollywood, donde vive y tiene centrado su trabajo, se caracteriza por su pereza para aceptar innovaciones.

Respuesta. Sí, efectivamente. Si pudiese escoger no viviría en Beverly Hills. Pero mi trabajo está allí. Desde luego siempre he elegido mucho las películas en las que he trabajado. Nunca me he prestado a hacer de todo. Lo que me ha interesado siempre es trabajar en filmes que no tengan una visión contraria a mis princicipios y a mis ideas, como Espartaco, de Stanley Kubrick, que para mí tiene un mensaje valiente.

En Moscú

P. Resulta sorprendente que a principio de los años treinta, cuando estaba estudiando en la Julliard School, usted se marchase a. continuar los estudios a Moscú.R. Bueno, en aquella época, en Estados Unidos había una gran, conciencia de un movimiento social. Además, cuando estudiaba en la Julliard tenía que trabajar por la noche como operador telegráfico para poder vivir y estudiar. Cuando llegué a Moscú me preguntaron extrañados el motivo de que quisiese estudiar allí. Yo les contesté que quería ser músico y no operador telegráfico. En Moscú, además de recibir una enseñanza inmejorable en el conservatorio Chaikovski, me daban dinero para vivir.

P. En 1957 usted tuvo que marcharse de Estados Unidos huyendo de la Comisión de Actividades Antiamericanas.

R. Yo me opuse desde el primer momento al senador McCarthy y su gente, e intenté que mis compañeros tampoco colaborasen con las cosas terribles que McCarthy representaba. En 1957 fueron a detenerme a mi casa y me tuve que esconder en el sótano. Un año después, cuando todavía estaban buscándome para declarar en Washington, me marché a Francia.

P. ¿Le hubiese gustado haber colaborado con Luis Buñuel, a quien, a pesar de haber coincidido en México en la misma época, no llegó nunca a conocer?

R. Evidentemente me habría encantado colaborar con él. No creo que pueda haber en el mundo una persona que diga lo contrario. Pero, desgraciadamente, por una razón u otra, nunca fue posible el encuentro. Sí conocí y me relacioné con un gran compositor español, Rodolfo Halffter. Siempre me atrajo muy especialmente la cultura española.

P. Antes de su llegada al cine, usted desarrolló una apretada actividad en otros ámbitos, colaborando musicalmente en géneros como el teatro o el ballet...

R. Mi experiencia con la música teatral y de ballet me sirvió enormemente para mi trabajo cinematográfico. Quizá aquel trabajo haya dado pie a que se diga que mi música cinematográfica es psicológica y reflexiva. De todos modos esta característica que se ha querido ver en mi música queda resaltada al ser yo un compositor que trabaja en Estados Unidos, donde, comparado con Europa, prevalece el aspecto estrictamente profesional sobre el creativo. En este sentido, me siento muy satisfecho de parecer más bien un músico europeo, que no se limita a cumplir correctamente su oficio. El compositor de música de cine tiene muchas más restricciones para hacer lo que quiere hacer en Estados Unidos que en Europa.

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