El maestro

Cada reaparición de Robert Fripp es un acontecimiento. Desde que se dio a conocer como guitarrista de King Crimson, los escasos momentos en que se ha decidido a abandonar su retiro han demostrado que su postura ante la música siempre ha sido imprevisible, rigurosa y valiente, sin miedo a enfrentarse al riesgo. A sus 43 años de edad, el británico es el mejor ejemplo de aplicación de una mentalidad clásica a la música rock. Basándose en la disciplina, el estudio y la sobriedad, Fripp es un maestro que ha logrado crear un lenguaje absolutamente personal, consecuencia de una síntesis perfecta entre técnica y sonido.Cada canción que Fripp y su grupo, Sunday All Over the World, interpretaron en Madrid fue una abrumadora sucesión de ideas originales, en las que cada nota adquiría sentido propio dentro de un planteamiento preciosista. Aparecieron ecos de la segunda época de King Crimson, frases de compleja medida y precisa digitación y estructuras que cambiaban en una fracción de segundo de la música minimalista al rock más duro, pasando por influencias étnicas y pop ligero.

Ofreció un breve concierto de canciones incluidas en su último disco, composiciones cerradas sobre las que el guitarrista desarrolla diferentes esquemas armónicos y rítmicos que sirven de base a la voz de su mujer, Toyah, Willcox. La magnífica labor del bajista Trey Gunn y el batería Paul Beavis, completaron el excelente concierto de un músico inquieto que, por su riguroso clasicismo, su facilidad para matizar los ambientes y su constante búsqueda de lo desconocido, se gana cada día un lugar en la historia de la música popular.