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Detenidos siete altos militares y tres funcionarios iraníes acusados de espiar para EE UU

El ministro de Información iraní, Mohamed Moahammadi Reyshari, anunció ayer que siete militares de alta graduación, tres funcionarios y un religioso, todos iraníes, fueron detenidos en conexión con una red de espionaje norteamericana desarticulada en Irán. Por otra parte, los débiles lazos entre Teherán y Londres recibieron ayer un nuevo golpe al anunciar el Gobierno iraní la expulsión de 18 ciudadanos británicos, en lo que se considera una represalia por la repatriación el mes pasado de otros tantos iraníes residentes en el Reino Unido.

En una conferencia de prensa, Reyshari indicó que los daryadar (almirantes) Turaj Riaji y Daraman Malekzadeh; el contraalmirante Kianuche Hakimi; los coroneles del Ejército del Aire Bahman Akai, Alí Gilani y Masud Babahi, y el comandante Ardechir Ashraf, figuran entre los detenidos. El presidente del Parlamento iraní, Hashemi Rafsanyani, fue quien denunció el viernes la existencia y el desmantelamiento de una red de espionaje en Irán pagada por EE UU. El martes, el Gobierno iraní involucró también a la República Federal de Alemania y afirmó que pensaba presentar el caso ante el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya.Entre los altos funcionarios detenidos se encuentran consejeros de diversos ministerios, como el de Exteriores y el de Petróleo. Reyshari se negó a divulgar los nombres del resto de los detenidos".

Mientras tanto, en Londres se considera que las expulsiones de iraníes y las de británicos son coletazos de la crisis provocada por la condena a muerte dictada por Jomeini contra el escritor Salman Rushdie. El régimen iraní ha optado por el aislamiento y las señales que llegan al exterior confunden a los analistas, quienes no ven con claridad los términos en que está planteada la batalla por el futuro de la revolución islámica.

Los últimos expulsados son una variada representación de la colonia británica: empresarios, profesores y personas que llevaban años en Irán. Para éstos, la medida es "particularmete trágica", según el Foreign Office, que tacha las expulsiones de injustificadas.

A raíz de la condena de Rushdie y la subsiguiente decisión europea de retirar los embajadores de Teherán, agravada en el caso británico por la ruptura de relaciones diplomáticas, Londres ordenó la salida del país de 18 iraníes, algunos de ellos estudiantes, "por razones de seguridad".

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