El presidente argentino 'bendice' el incipiente proceso democrático de Paraguay
El presidente argentino, el radical Raúl Alfonsín, dio ayer su bendición a la incipiente democracia paraguaya y al presidente provisional de Paraguay, general de división Andrés Rodríguez -que el pasado febrero derribó a su consuegro, el dictador Alfredo Stroessner-, en un acto celebrado ayer a pie de obra de la represa hidroeléctrica de Yacyretá, en la frontera entre Argentina y Paraguay.
"El pueblo paraguayo en justicia merece ese horizonte de libertad, por el que han luchado siempre incansablemente las naciones americanas, y que usted, señor presidente, garantiza", dijo Alfonsín a Rodríguez en el acto celebrado ayer.Para Paraguay, el encuentro de ayer entre Alfonsín y Rodríguez tiene un carácter histórico. Los abrazos de los dos presidentes y sus saludos al público presente, agarrados de la mano, simbolizan de forma palpable el ingreso de Paraguay en la familia de las democracias de América Latina, tras la caída de la dictadura de Stroessner. La última visita de un presidente de Argentina a Paraguay databa del año 1976, cuando un dictador argentino con las manos manchadas de sangre, el general Rafael Videla, estrechó las casi tan sanguinarias de Stroessner.
El motivo de la cumbre argentino-paraguaya de ayer fue el desvío del brazo principal del río Paraná, una parte de la obra de la gigantesca empresa hidroléctrica de Yacyretá, que ya está realizada casi en un 50%. Se espera que la primera turbina entre en funcionamiento y produzca en 1993 la energía eléctrica de la que tan necesitada está Argentina, que todavía vive sometida a restricciones y cortes diarios de luz.
Himnos y cañonazos
El avión presidencial de Alfonsín aterrizó en Yacyretá pasadas las 8.30 de la mañana, hora local (14.30 en España), cuando Rodríguez le esperaba desde hacía 25 minutos. Después del ceremonial de rigor, con himnos, cañonazos y saludos a las tropas que rendían honores, Alfonsín y Rodríguez se dirigieron por tierra hasta la cúspide de la obra. Allí inauguraron una placa y, después de los discursos, explosionaron una carga para iniciar así de forma simbólica el desvío del curso del río Paraná.Rodríguez se refirió a Alfonsín con la expresión "eminente amigo", y le dijo que "puedo asegurarle que no llega a tierra extraña". Añadió Rodríguez, en un discurso de seis minutos, que "el Paraguay, señor presidente, ha ingresado en una era de su evolución política con la adhesión enérgica de las fuerzas armadas y el apoyo unánime de toda la ciudadanía, quiere transitar decididamente por los nuevos caminos de la libertad y se apresta a esta marcha con ánimo resuelto y optimista". Reconoció Rodríguez que "no es empresa fácil vivir la democracia sin la comprensión, la solidaridad y el imponderable equilibrio que deben darse tanto de las propias fronteras como fuera de ellas".
Alfonsín destacó, en un discurso de nueve minutos, que se ha logrado realizar ya el 50% de la obra de Yacyretá, a pesar de las dificultades económicas existentes. En otro momento de su intervención dijo Alfonsín: "Queremos reiterar, señor presidente, nuestras felicitaciones por la realización de las elecciones previstas en su país para el primero de mayo próximo, las que significarán un paso fundamental para la afirmación de su vida republicana, el imperio de la democracia, el respeto de la vigencia de los derechos humanos y la implantación de un sistema político libre y pluralista, que usted anunció como sus primeros objetivos al asumir el gobierno de su país, el 3 de febrero último". Concluyó Alfonsín su discurso con una expresión en guaraní que fue muy aplaudida: "Rohayhu Paraguay" ("¡Te amo, Paraguay!").
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