El embajador de Uruguay denuncia la persecución a sus compatriotas

JOSÉ COMAS, ENVIADO ESPECIAL

El embajador de Uruguay en España, Luis Hierro Gambardella, ha denunciado con dureza, en unas declaraciones al diario El País, de Montevideo, la persecución que sufren los uruguayos en España. Según el embajador, en España es más fácil el ingreso de narcotraficantes que de trabajadores y se hostiga a los extranjeros radicados para que se vayan.

Según la información del diario, el embajador atribuye a las "presiones" que ejerce la CE "la persecución, hostigamiento y presión contra uruguayos y latinoamericanos, aun radicados y con trabajo" para que abandonen España. Añade El País que "Hierro Gambardella explicó que desde febrero, con la aplicación de una denominada ley de Extranjería, se imponen todo tipo de trabas al ingreso de uruguayos y latinoamericanos a España, e inclusive un familiar suyo, que iba a quedarse en su residencia, tuvo problemas y obligó a una intervención personal ante las autoridades españolas". "Se hostiga, persigue y presiona diariamente en varias partes del país a los latinoamericanos y uruguayos para obligarlos a abandonar España", agrega.

"España", asegura en otro momento el embajador uruguayo, "no debería olvidar que América Latina fue saqueada en tiempos de la conquista y de la colonización, y que después sirvió de cuna para decenas de miles de inmigrantes españoles durante siglos y que éstos encontraron en esta tierras el sitio para rehacer sus vidas sin ninguna cortapisa".

Críticas de García Márquez

La normativa sobre los medios económicos que habrían de acreditar los latinoamericanos, entre otros, para su entrada en España suscitó, desde su entrada en vigor el 26 de marzo, numerosas críticas de personalidades latinoamericanas. Las declaraciones más virulentas fueron las del escritor y premio Nobel colombiano Gabriel García Márquez, quien llegó a declarar en una entrevista: "No pienso volver a Madrid. Nunca más voy a volver a España. La CE ha decidido convertir a España en el portero de Europa y empiezan por cerrar las puertas a los latinoamericanos. Terminaremos necesitando visado para ir a España."

García Márquez añadió indignado: "Sería como necesitar un visado para entrar en casa de mi mamá. Cuando fui por primera vez a España, en 1967, encontré un país taciturno, triste, pero era un país de una gran dignidad, y a los latinoamericanos nos daban al día siguiente de llegar el derecho a hacernos ciudadanos españoles. Eso con Franco. Y éramos delincuentes porque nos reuníamos con la clandestinidad. Y Felipe González era delincuente en ese momento."