Pugna final por el voto de los indecisos ante el referéndum de Uruguay

Defensores y opositores de la ley de caducidad, que amnistió los crímenes de los militares durante la dictadura uruguaya, luchan por los votos de los indecisos ante el referéndum del próximo domingo. Más de dos millones de uruguayos están convocados a un referéndum que decidirá si continúa en vigor la ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, conocida popularmente como ley de impunidad.

La controvertida ley se aprobó el 22 de diciembre de 1986. En su artículo 1 acuerda que "a efectos de concluir la transición hacia la plena vigencia del orden constitucional, ha caducado el ejercicio de la pretensión punitiva del Estado respecto de los delitos cometidos hasta el 1 de mayo de 1985 por funcionarios militares y policiales". Ante esta ley reaccionaron en primer lugar los familiares de asesinados y desaparecidos. Se formó una comisión para pedir la convocatoria de un referéndum y se reunieron más de 600.000 firmas, un 20% de la población uruguaya. El reconocimiento de estas firmas sufrió toda clase de trabas legales y leguleyas por parte de las autoridades, pero finalmente, el pasado diciembre, el camino para la realización del, referéndum quedó abierto.

'Verde' y 'amarillo'

La sociedad uruguaya está hoy dividida en un problema en el que se entremezclan los componentes éticos y las reflexiones políticas de unos y otros. El electorado se encuentra dividido entre el verde y el amarillo, los colores de las papeletas de voto con cada una de las opciones. Verde es el color de los que votan no a la ley de caducidad y que reclaman que se aplique la ley y continúe la persecución judicial a los milita res y policías criminales durante la dictadura. Amarillo es el color de los que quieren un borrón y cuenta nueva, que cierre definitivamente el pasado. Los argumentos de las dos partes tienen peso y las consecuencias, gane quien gane el referéndum, no serán positivas para un Uruguay enfrentado a un dilema difícil de resolver.La casi totalidad del Partido Colorado, que gobierna Uruguay, y gran parte del mayor partido de la oposición, el Partido Nacional, los blancos, quieren que se mantenga la ley y no se persiga ya a los culpables. Los partidos de izquierda y un sector de los blancos quieren la anulación de la ley de caducidad y que se procese a los militares y policías que cometieron crímenes durante la dictadura. La división de la sociedad rebasa las fronteras partidistas, porque se repite en muchas de las intervenciones públicas de estos días que lo que se disputa es una decisión ética en la que están en juego la verdad y la justicia.

La voz cantante de la propaganda amarilla, en favor de mantener la ley en vigor, la ha llevado el actual vicepresidente del Gobierno uruguayo y precandidato presidencial del Partido Colorado, Enrique Tarigo. Continuamente en la televisión y en la radio aparece Tarigo con sus argumentos en favor del mantenimiento de la ley. Tarigo ha recurrido al ejemplo español en una cuña propagandística que se repite continuamente.

Dice Tarigo: "España: tres años de guerra civil, 40 años de dictadura, un millón de muertos. En el primer Parlamento democrático español, hace muy pocos años, todos los legisladores declararon solemnemente que se perdonaban esos crímenes, y desde ese momento ya no importó de qué lado de la trinchera había estado cada uno"

"Lección española"

"Allí", prosigue Tarigo, "la generosidad no tuvo bandera, porque a la hora del perdón se levantaron brazos socialistas, conservadores, democristianos, comunistas. Todos, absolutamente todos, brindaron un conmovedor ejemplo al mundo. Que esta lección española ilumine a los uruguayos es nuestro mayor deseo".Los partidarios del voto verde, de la anulación de la ley, han criticado el uso que han hecho los amarillos de varias figuras políticas extranjeras, sobre todo el papa Juan Pablo Il y el presidente de Gobierno español, Felipe González. En un anuncio de la propaganda amarilla en televisión aparece el Papa durante su visita a Uruguay y varios dirigentes políticos extranjeros. El anuncio sugiere el apoyo de estas personalidades al Gobierno uruguayo. Esta propaganda incluye unas palabras de Felipe González, elogiosas para la democracia uruguaya. Se trata de una declaración más bien convencional y cortesía obligada de una vieja entrevista televisiva. Estas palabras del presidente del Gobierno español se introducen en el contexto de un anuncio a favor del voto amarillo.

En la lucha por el electorado la propaganda verde ha tomado las calles de Montevideo, donde prácticamente sólo se ven tenderetes y carteles verdes.

En la televisión la proporción a favor de la propaganda amarilla es de tres a uno. Los verdes han sufrido también una censura a su propaganda. Las cadenas de televisión se negaron a retransmitir un anuncio con el testimonio de Sara Méndez, la madre de un niño desaparecido durante la dictadura. En el anuncio decía la madre: "Mi nombre es Sara Méndez. Cuando mi hijo Simón tenía 20 días, fue arrancado de mis brazos. Hasta hoy no lo he podido encontrar. La ley de caducidad me impide investigar. Mi corazón me dice que Simón está vivo. Usted, este domingo, ¿me ayudará a encontrar a mi hijo?". Ante la negativa de los canales a emitir este testimonio, los verdes replicaron con una campaña por las calles de Montevideo. A través de vídeos instalados en puntos céntricos se transmitía una y otra vez el testimonio de Sara.

Últimos sondeos

Los últimos sondeos de opinión registran una mayoría a favor de los verdes, pero, curiosamente, el análisis de los resultados induce a la conclusión de que probablemente ganarán los amarillos el próximo domingo. La encuesta nacional de Equipos Consultores Asociados arroja el siguiente resultado: un 33% son partidarios de "dejar sin efecto la ley"; un 26%, de "mantenerla"; un 2%, de votar en blanco, y queda un 39% de indecisos bajo la rúbrica del no sabe, no contesta".A pesar de la mayoría partidaria de "dejar sin efecto la ley", el análisis sobre la composición del 39% de los indecisos induce a pensar que su perfil socio-demográfico y político-ideológico coincide con el de los que votan amarillo. Según esta interpretación, el techo verde está en un 40%.