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Desheredados en palacio

Un palacete rehabilitado en Zaragoza por grupos marginales donde sólo han impedido entrar a HB

Ecologistas, pacifistas, objetores, verdes, radicales, alternativos marginados, solidarios, parados y quienes tengan algo que decir que no sea mediante la violencia, o practiquen la cultura desde abajo en sus diversas facetas, tienen en Zaragoza un lugar donde reunirse. La Casa de la Paz y la Solidaridad ha cumplido dos años. El 1 de marzo de 1987 un grupo de jóvenes pertenecientes a colectivo pacifistas, ecologistas y alternativos ocuparon un palacete con la intención de transformarlo en Casa de la Paz y la Solidaridad.

El edificio, situado en el número 25 del céntrico paseo de Sagasta, llevaba 30 años abandonado, perteneció al antiguo Ministerio de la Vivienda y hoy es propiedad del Estado. El palacete, de principios de siglo, consta de cuatro pisos, un sótano y un amplio jardín. Durante estos dos años sus ocupantes han invertido muchas horas de su tiempo libre y más de un millón de pesetas en acondicionarlo. "La casa ya no se cae", asegura Ricardo Ruiz, secretario de la asamblea por la que se rige y cuyos cargos se renuevan cada seis meses. Han quitado muchas toneladas de escombros y acondicionado el sótano, que ahora se ha aprovechado para los músicos; han retejado y apuntalado las partes más flojas; han instalado nuevo tendido eléctrico y un servicio con agua corriente y han limpiado y acondicionado el jardín."Dejar el edificio en plenas condiciones costaría casi 100 millones de pesetas". La incertidumbre sobre el futuro de la Casa de la Paz ha sido una constante desde el primer día: hubo dos conatos de incendio e intentos de destinarla a otros menesteres. El año pasado la ofrecieron como sede del Justicia de Aragón, pero su titular, Emilio Gastón, que colabora activamente con la iniciativa, no quiso; después la propusieron como centro de enseñanza, pero en esa zona de la ciudad están cubiertas las necesidades; y ahora quieren convertirla en un centro de salud primaria. "La cuestión es echarnos como sea", dice el secretario.

La Casa de la Paz nació como una plataforma de organizaciones en la que tienen cabida las actividades de todos los grupos que antes estaban dispersos. "La idea básica es que todos juntos tenemos mayor repercusión. Aquí todo es gratuito y sin censura. La casa está abierta a cualquier actividad que no sea violenta, ésa es la única condición, por eso no cedimos el local a Herri Batasuna. Tampoco permitimos mítines de partidos en tiempo de campaña electoral", manifiesta Ricardo Ruiz.

En la actualidad funcionan 10 grupos, ocho ecologistas y pacifistas, y dos de músicos, que integran la asamblea, más otros tres o cuatro que lo hacen esporádicamente. La planta noble la ha pintado de amarillo y sus pare desson un auténtico mural-escaparate. Cada colectivo ha colocado carteles, folletos, dibujos fotos y proclamas de sus actividades: no a la mili, supresión de las fiestas cruentas; solidarida con El Salvador, Nicaragua y e Tercer Mundo; por la reapertura de Onda Verde; misión contra la celebración del V Centenario Salvemos el Moncayo; la Vuelt a Aragón por la Paz; cuarta marcha a la base de Zaragoza; proyecto Oso y Lobo: en defensa de patrimonio natural de Aragón contra las corridas de toros...

La policía envía animales

El secretario asegura que la policía les envía animales, perros y gatos sobre todo, aunque en una ocasión también una pitón, que ellos cuidan y después los regalan. Grupos de escolares han colaborado en replantar el jardín.Durante la semana de cumpleaños, los distintos grupos expusieron sus experiencias y métodos de trabajo mediante un vídeo y diapositivas. El segundo aniversario de la ocupación pacífica se celebró con tarta, música baile y poesía. Unos 30 poeta aragoneses ofrecieron un recita en la Casa de la Paz. Se presentó la campaña contra el comercio de armas y se ofrecieron charla sobre Distintas formas de objeción al militarismo y La problemática ecologista en Aragón.

Están preparando una biblioteca de temas ecologistas, pacifistas y alternativos, pues la intención primera era instalar en el palacete un centro de documentación de la paz y un gabinete de asesoramiento e información sobre el derecho a la objeción de conciencia.

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