_
_
_
_

Shamir ofrece elecciones 'democráticas' a los palestinos

Francisco G. Basterra

El primer ministro israelí, Isaac Shamir, ofreció ayer en Washington elecciones "democráticas y libres" en los territorios ocupados para que los 1,7 millones de palestinos de Gaza y Cisjordania elijan una delegación que negociaría un período interino de autonomía administrativa. Esta fase provisional permitiría lanzar un proceso definitivo ulterior de negociación política y sería, dijo, una "prueba vital de coexistencia y cooperación". Para celebrar las elecciones, cuya forma y modalidades deja abiertas a negociación, el primer ministro israelí exigió antes el fin de la insurrección palestina.

El período interino sería seguido por negociaciones para un acuerdo permanente en el que se examinarían "todas las opciones".Con esta oferta y la rotunda negativa a aceptar "paso alguno" que conduzca, directa o indirectamente, a un Estado palestino, responde Shamir a la petición de Estados Unidos de que presente "ideas nuevas" para activar el encallado proceso de paz de Oriente Próximo.

George Bush, tras su entrevista con Shamir, le instó públicamente a que Israel abra negociaciones "directas" con los palestinos en un "diálogo político serio que contemple sus legítimos derechos políticos". Porque, explicó el presidente, en otras partes del mundo estamos viendo cómo "viejos enemigos buscan fórmulas para hablar y entenderse". "Esto puede y debe ocurrir en Oriente Próximo. El conflicto puede ser resuelto".

Bush, que calificó de "muy productivas" las conversaciones con Shamir, "el amigo, el socio estratégico y el aliado", añadió que el actual status no beneficia a nadie. El presidente explicó que Shamir le había dejado claro en la entrevista que los acuerdos interinos no serán el final del proceso. Me ha asegurado, precisó, que Israel se compromete a negociar un status final satisfactorio para todas las partes.

Pero el presidente norteamericano pareció aceptar como primer paso la propuesta israelí, que puede contribuir, dijo, a abrir un proceso político de diálogo y negociación que conduzca a un acuerdo definitivo. "Todas las opciones", explicó -pero claramente no la patria palestina-, "están abiertas a la negociación". Bush instó a Israel y a los palestinos, quienes con toda probabilidad rechazarán el Plan Shamir, a que acuerden una "fórmula mutuamente aceptable" para las elecciones en lo que Shamir denomina Judea y Samaria.

Para calmar a un aliado al que está empujando a un diálogo con la OLP que se niega a abrir, el presidente norteamericano afirmó que "no apoyamos un Estado palestino independiente". Pero tampoco, añadió, "la ocupación permanente de Cisjordania y Gaza", utilizando un lenguaje inaceptable para Shamir. Éste había dicho a la puerta de la Casa Blanca que un Estado independiente palestino es una "amenaza mortal a nuestra seguridad, una receta para la guerra y no para la paz". "Y no haremos nada que ponga en peligro nuestra seguridad".

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Esfuerzo multinacional

Shamir propuso un esfuerzo multinacional, dirigido por Estados Unidos y con participación israelí, para resolver finalmente el problema de los refugiados árabes. A esta formulación reduce el primer ministro israelí la cuestión palestina, fondo del problema que se niega a atacar.El secretario de Estado, James Baker, había calificado de "muy estimulantes" las propuestas de Shamir de convocar elecciones para una autonomía local limitada en los territorios ocupados. Tras entrevistarse durante hora y media con el primer ministro israelí, el jefe de la diplomacia norteamericana dijo el miércoles que tenía esperanzas de que sirvieran para "mover hacia adelante el proceso de paz".

La actitud de Baker contrasta con el lenguaje mucho más duro empleado por el presidente Bush, el lunes y repetido ayer, cuando al recibir al presidente egipcio, Hosni Mubarak, pidió el cese de la "ocupación" israelí de Cisjordania y Gaza. Washington ha advertido a su estratégico y caro aliado, cuyo presupuesto financia directamente con 3.000 millones de dólares anuales, que no aceptara más una actitud remolona de perder tiempo por parte de Shamir.

Las conversaciones de esta semana en Washington deben servir para romper el punto muerto e iniciar algún tipo de diálogo entre Israel y los palestinos. En caso contrario, advierte EE UU, la alternativa, no deseada por Washington y tampoco por Tel Aviv, tendrá que ser una conferencia internacional de paz para empujar y arropar el proceso, con la presencia inevitable de la Unión Soviética.

Bush, con la intención de enviar una señal clara a Shamir, le dijo esta semana a Mubarak en Estados Unidos que esa conferencia "puede ser útil", aunque no en este momento. El presidente egipcio intentó, sin lograrlo, arrancar a la Administración norteamericana una fecha para convocar la conferencia.

La presión norteamericana, que ha señalado a Israel que su paciencia no es ilimitada, y el creciente desencanto de la comunidad judía en este país y en el Congreso por la actitud recalcitrante de Shamir hacen que Israel ya no tenga el cheque en blanco que siempre había dado por descontado con Ronald Reagan. "No, señor Shamir, no asuma que los judíos norteamericanos apoyamos su política hacia los palestinos" , dicen anuncios a toda página publicados en los principales periódicos de EE UU firmados por centenares de preeminentes judíos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_