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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Réplica del embajador de Colombia

Me refiero a la nota editoria titulada Muerte anunciada, publicada en su in portante diario el 7 del corriente mes de marzo, y en especial al último párrafo de la misma, en que se habla de los asesinatos recientes perpetrados en mi país , y se hace un recuento que concluye en la afirmacion de que "el Gobierno de Colombia no ha hecho prácticamente nada para castigar a los culpables de tanto crimen". Me preocupa especialmente, dada la importancia y difusión del medio que usted dirige, esta apreciación.Mi Gobierno en ningún momento ha intentado disfrazar las graves circunstancias que vive Colombia: por el contrario, ha insistido en que los medios de comunicación las conozcan ampliamente. También ha esperado siempre que los muy grandes esfuerzos que se vienen haciendo por la Administración para contrarrestar esta situación sean reconocidos y apoyados en los medios democráticos. Justamente por moverse dentro de los límites de la democracia, sin querer rebasarlos en ningún momento, los esfuerzos son más difíciles. En nuestro país existe una clara separación de los poderes públicos; dentro de ella, es a la rama jurisdiccional a la que corresponde la investigación y el juzgamiento de los delitos.

Las grandes insuficiencias materiales han sido solucionadas en buena parte por el Gobierno dentro de la función constitucional de auxiliar la justicia, con el

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aumento del personal en los juzgados de instrucción criminal y en los demás juzgados penales; desde 1987 se han creado 250 plazas de jueces y 597 de auxiliares, se ha mejorado el cuerpo técnico de policía judicial, se han dado las dotaciones para juzgados por un valor de 1.000 millones de pesetas, que comprenden laboratorios móviles criminalísticos, vehículos y elementos necesarios para la labor técnico-criminalística, entre ellos lanchas para la movilización de los jueces en territorios alejados, informática, etcétera. Se creó, igualmente, la jurisdicción especializada de orden público, dentro de la cual se han creado juzgados en las regiones afectadas por problemas de esa índole.

En recientes declaraciones, el presidente de la República ha expresado que el Gobierno está decidido a perseguir el delito donde se halle, y así lo está haciendo. En este momento se han iniciado procesos contra varios militares comprometidos aparentemente en actividades delictuosas. Se están adelantando conversaciones muy positivas con el grupo guerrillero M-19 y con el grupo de las FARC; ambas organizaciones han decretado treguas en desarrollo de una de las exigencias básicas que formuló el Gobierno. Naturalmente, el objetivo central de la acción del Gobierno está en la persecución del delito, en asesinatos como los muy recientes de líderes comunistas y en las actividades criminales de los grupos de narcotraficantes que se encuentran detrás de los llamades grupos pararnilitares.

Sin desconocer las dificultades de la situación, no puedo menos que señalar la injusticia que implica la apreciación de que hasta el momento no se haya hecho nada para reprimirla. Tal vez lo más importante, y la labor más callada en esta materia, es la de la preservación de la democracia, que es el objetivo fundamental del Gobierno.

Es también importante señalar cómo la actividad del Gobierno contra el narcotráfico, que está costando el sacrificio de muchas vidas, tanto importantes políticamente como de gentes humildes, ha merecido un reconocimiento de la ONU a través de su oficina para la lucha contra el narcotráfico (informe de 1988): "Ha sido el Gobierno del presidente Barco a nivel mundial su máximo abanderado" (de la lucha contra el narcotráfico). El Gobierno ha recibido el reconocimiento, asimismo, del Departamento de Estado norteamericano, así como de otros muchos países.

Como es natural, y esto lo comprendo perfectamente por la circunstancia de haber estado muchos años vinculado al periodismo, en ocasiones la misma presentación de las circunstancias induce a juicios sobre generalizaciones incompletas.

No creo que el editorial a que me refiero implique una actitud contraria a mi país y a su Gobierno, ya que me constan muchas actitudes positivas de ese importante diario; simplemente deseo con esta nota llamar la atención a la circunstancia de que acontecimientos como los glosados en su editorial tienen aspectos que es imposible abarcar en un comentario de prensa, entre otros motivos por la confusión que crean el narcotráfico, los grupos paramilitares en buena parte afimentados por éste, y los sectores de guerrilla en actividad. Por ello, la presentación que se hace de los mismos en ese comentario no resulta afortunada.- embajador de Colombia en España.

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