Un plan económico 'de choque', entre la protesta y el FMI
La primeras medidas del programa económico de choque, que han encendido la protesta social en Venezuela, han sido el aumento del 90% en el precio de la gasolina -de unas cinco pesetas el litro, a nueve pesetas el litro- y un fuerte aumento de los transportes públicos. Algunos billetes que valían 2 bolívares (unas cinco pesetas), se duplicaron.Estos precios, fijados como parte de un ajuste duro decidido en consonancia con las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para la obtención de nuevos créditos por parte de ese organismo, y el espontáneo estallido que han provocado, han tenido como contrapartida un aumento del salario mínimo, fijado la semana pasada en 4.000 bolívares (unas 9.000 pesetas), que ha pasado a ser de 6.000 (unas 14.000 pesetas).La situación económica de Venezuela está condicionada por una deuda externa de 32.000 millones de dólares (la cuarta en importancia en América Latina) y el descenso, en los últimos años, del precio del petróleo, la principal exportación del país. Esta coyuntura ha prácticamente agotado las reservas de divisas. Los servicios de la deuda están estimados este año en 5.400 millones de dólares y los créditos que Venezuela espera conseguir ascienden a 453 millones de dólares en abril y a un total de 4.773 millones hasta finales de 1991.
Estos créditos solicitados por Venezuela al FMI deberá ser aprobado por la dirección ejecutiva de ese organismo. En el transcurso de este año, si se otorgan, habrá, además de la de abril, una entrega de 1.240 millones de dólares; en los dos años siguientes, serán de 1.531 millones de dólares y 1.549 millones, respectivamente.
La inflación fue en 1988 del 35% y se estima que en 1989 ascenderá a un 70%. Este "primer año difícil" anunciado por Carlos Andrés Pérez, estará caracterizado por un Plan Económico Global que, además de los aumentos de tarifas citados, incluye una devaluación progresiva del bolívar (actualmente equivale a 2,30 pesetas) a través de una unificación cambiaría, para que el dólar flote según el mercado de divisas, la liberación de las tasas de interés, de los precios, la restricción del crédito y la reducción del gasto fiscal.
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