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El feo de la narizota

Andrés Fernández Rubio

"Al priricipio de mi carrera", dice Dustin Hoffman, "yo era sólo el feo de la narizota que hacía todo lo posible por parecer guapo. No conozco a nadie que esté en el punto de mira de la gente que no lleve colgada una etiqueta: mujeriego, alcohólico, necrófilo... hay muchas variedades. Por un lado, es divertido, te acostumbras, pero a veces duele".La etiqueta que le ha tocado a él es la de feo, atractivo y cachondo. A los 50 años, se supone que algo empieza a cambiar en la vida sexual. Así lo ve Dustin Hoffman: "Algunos lo llevan mejor que otros. Algo sí que cambian los sentimientos relacionados con el sexo. No estás tan obsesionado como en los primeros 40 años, y no eres el típico maníaco obsesionado por cualquier mujer con la que te cruces: 'ioh, por allí val, ¡oh, ahora viene!, ¡allí está!, ahora se ha puesto detrás".

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"Algunos hombres lo llevan mejor pasados los 50 años. Por ejemplo, la eyaculación precoz que cuando eres viejo sigue estando ahí, pero tarda hora y media. Lo que te convierte en un amante mejor", dice. Dustin Hoffman se identifica con la respuesta que dio un amigo suyo a la pregunta de cuál había sido la peor experiencia sexual de su vida: "Muy buena, gracias".

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