El obispo contestatario francés se retracta públicamente en una carta 'consensuada' con la jerarquía eclesiástica
Jacques Gaillot, la oveja descarriada del episcopado francés, volvió ayer al redil. En una carta conjunta firmada con Albert Decourtray, presidente de la Conferencia Episcopal, el obispo rectifica sus heterodoxas opiniones sobre moral y costumbres y suscribe las posiciones de la Iglesia. Las rectificaciones de Gaillot se refieren especialmente a su defensa de la ordenación sacerdotal de los hombres casados y de la píldora abortiva.
Sobre la píldora, la declaración conjunta, que contiene ocho puntos, expresa la "docilidad con respecto al magisterio de san Pedro y la adhesión a la doctrina de la Iglesia referente a la vida familiar y a la moralidad sexual". En su reciente entrevista en la revista erótica Lui, Gaillet se había mostrado dispuesto a asistir a una mujer que fuera a abortar si ella se lo pidiera.En relación al sacerdocio de los hombres casados, que Gaillot había apoyado en la última reunión de la Conferencia Episcopal celebrada en Lourdes, la carta señala "la importancia espiritual de la práctica latina de no llamar al ministerio sacerdotal más que a los hombres que hayan elegido el celibato". La declaración conjunta subraya en tono moderado "la atención crítica ante lo que ciertas declaraciones" de Gaillot "han podido tener de ambiguo, de intempestivo, de acerbo, quizá incluso de erróneo".
La autocrítica es una referencia inequívoca a las opiniones expresadas en Lui y en la revista para homosexuales Gai Pied. En el mensual erótico, el obispo de Evreux defendía el uso de los preservativos, confiaba en que el acto sexual no fuera considerado pecado y expresaba una concepción del placer alejada de las tradicionales enseñanzas de la Iglesia. En el artículo firmado en el semanario homosexual propugnaba la acogida dentro de la Iglesia de los cristianos homosexuales, que "nos preceden en el reino de Dios".
La carta se pronuncia asimismo sobre "la necesidad de una concertación para evitar que la diversidad de opciones pastorales no entraafe disonancias u oposiciones perjudiciales para la caridad", y apela a la "especial vigilancia para que las declaraciones públicas no movilicen a la opinión en conflictos contrarios al bien común de la sociedad y a la fuerza del testimonio cristiano".
Corrección fraterna
La rectificación del obispo de Evreux se produce al día siguiente de una reunión del Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal celebrada el lunes y el martes de esta semana, en la que los obispos fueron informados de la entrevista prevista para ayer entre Decourtray y Gaillot. Jean-Michel di Falco, portavoz del episcopado, negó ayer a este diario que sobre Gaillot pendiera la amenaza de una carta de condena firmada por la práctica totalidad de los prelados franceses y distribuida por la jerarquía, como había informado el diario Libération después de la aparición del artículo del obispo en el semanario homosexual.La rectificación pública índica, en cualquier caso, que el presidente de la Conferencia Episcopal ha optado finalmente por la aplicación de la corrección fraterna directamente al interesado. Pese a la sorpresa provocada por la marcha atrás del obispo rebelde, el portavoz episcopal interpretó la reunión entre Decourtray y Gaillot como "una ocasión en la que ambos expresaron su fidelidad a la Iglesia y a la fe cristiana".
La declaración conjunta, sin embargo, no deja de suscitar escepticismo habida cuenta de que las discrepancias de Gaillot con la línea oficial de la jerarquía han sido constantes desde hace seis años.
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