Las preocupaciones de Sadrudin Aga Jan

El coordinador de las Naciones Unidas en el Programa de Asistencia Económica y Humanitaria para Afganistán, Sadrudin Aga Jan, afirmó ayer que se enfrentan con "todo tipo de dificultades, diplomáticas y otras" para ayudar a los habitantes más necesitados de Kabul. "Es una situación muy frustrante", dijo al comentar que el Gobierno de Addis Abeba exigió al piloto de las líneas etíopes que suspendiera el transporte de víveres a la capital afgana.Según el príncipe, la llamada telefónica llegó después de que el avión dejara en Kabul. 32 toneladas de alimentos y medicinas y volviera a Pakistán sin problemas. Sadrudin negó que alimentar a mujeres y niños sea sostener al régimen de Najibulá, e indicó que se ha contactado sin éxito con 25 aerolíneas. "No sé cuándo, ni si habrá otro vuelo", añadió. Más de 300 toneladas de productos básicos esperan su traslado a Kabul.

En una conferencia de prensa, el coordinador de la ONU se mostró dispuesto a enviar víveres a las zonas liberadas por los muyahidin, siempre y cuando hubiera "una garantía" sobre la llegada al destino y la distribución. "La situación de las carreteras cambia de un día a otro, y no podemos permitirnos el secuestro o el robo de los convoyes", señaló.

Los muyahídin quieren ser ellos mismos quienes distribuyan la ayuda., y no han dado garantías de que no se atacará el avión que vuele a Kabul. Además, las divisiones entre la guerrilla hacenque los comandantes se responsabilicen sólo de la zona que controlan y no de la totalidad del trayecto. Un convoy de víveres destinado a la provincia de Kunar, vecina a Pakistán, se encuentra detenido en Peshawar a la espera de un acuerdo sobre su traslado.

Sadrudin señaló que uno de los principios de la asistencia humanitaria a Afganistán es que "no sea utilizada como arma política por ningún partido, facción o tribu". Naciones Unidas ha solícitado a la comunidad internacional 1.160 millones de dólares para la reconstrucción del país. La Unión Soviética, que invadió Afganistán en 1979, ha entregado 680 millones.

Sin embargo, sólo un 10% de ese monto es en dinero, lo demás, en bienes materiales. El coordinador indicó que se necesita "mayor flexibilidad" en las donaciones, ya que las circustanci as aiganas requieren, por ejemplo, un personal especializado en limpieza de minas, al que hay que pagar.

En coordinación con Pakistán, la ONU prepara para las próximas semanas el plan de repatriación de los tres millones de refugiados afganos en este país. Diez años de guerra han destruido virtualmente Afganistán, de ahí que las necesídades básicas van desde comida, semillas e instrumentos agrícolas a equipamiento e infraestructura para la reconstrucción de los sistemas de regadío, los campos de cultivo, la ganadería, las carreteras, escuelas, hospitales y casas.

Sadrudin dijo que para volver, los refugiados no sólo quieren la seguridad de que tendrán comida y de que no habrá más bombas ni minas, sino también que en Kabul habrá un Gobierno que los represente y en el que puedan confiar. "Necesitan una garantía de que podrán empezar nuevamente una vida; si no pueden abandonar el país otra vez", añadió.

"Nunca he visto a un hombre en uniforme que se muera de hambre. Son las mujeres y los niños, los que no pueden salir a buscar comida, las víctimas inocentes de la guerra, las que mueren" dijo el príncipe para reiterar la urgencia dé enviar víveres a Kabul.