González pone en guardia contra el populismo

El presidente del Gobierno español, Felipe González, advirtió ayer en Caracas contra el riesgo de caer en "populismos de cualquier signo" y la búsqueda de "soluciones mágicas" en América Latina si los pueblos no encuentran en breve plazo los beneficios de las políticas de ajuste económico. González expuso esta conclusión a periodistas españoles en la mañana de ayer, tras un encuentro de media hora con el nuevo vicepresidente de Estados Unidos, el republicano Dan Quayle, y después de haberse entrevistado con tres presidentes y dos cancilleres latinoamericanos.

Un Felipe González acatarrado, pero distendido y con chispa en sus respuestas, recibió a la Prensa española en Caracas. En ese momento ya había llegado a Caracas el presidente cubano, Fidel Castro, y se buscaba un hueco para una entrevista, porque el presidente del Gobierno español quería regresar ayer mismo a España y poder hacer una escala en Madrid, sin tener que volar directamente a Sevilla, sede del encuentro previsto durante el fin de semana con el canciller de la República Federal de Alemania, Helmut Kohl.González, que acababa de concluir su cita con Quayle, expuso su preocupación por el "momento crítico, en sentido etimológico" que atraviesa América Latina. Los puntos que destacó González sobre la situación, y que se tocaron en su entrevista con Quayle, fueron "la muy difícil situación en el sur'" del continente, "la extraña situación en Centroamérica", la necesidad de buscar "alguna salida para la deuda externa", porque, de lo contrario, se podría caer en la "demagogia populista" ante la falta de soluciones y perspectivas.

Situación en Centroamérica

Expuso González la contradicción existente entre los avances de la paz en muchos puntos críticos del mundo, como Camboya, Irial-Irak y Angola, y que no se consiga la distensión en Centroamérica, "una región que es un pañuelo y da sensación de atasco y falta de perspectiva". Sobre la deuda externa, dijo González que el problema son los más de 400.000 millones de dólares (casi 50 billones de pesetas al cambio actual) y no el cambio de Administración en Washington. Mostró González su inquietud, porque "tanto los países que hicieron un esfuerzo por pagar como los que no lo hicieron" están bloqueados económicamente.

Sobre la futura política de Estados Unidos con Nicaragua, cree González que "no va a haber un intento de reconstruir el aparato militar de la contra y las actividades militares". El presidente español no piensa que Washington vaya a un "abandono total de esa gente"; habrá una "ayuda humanitaria y no militar", aunque "sería un error pensar que Estados Unidos vaya a cambiar la perspectiva estratégica" con la nueva Administración.

En un momento de la conversación con la Prensa, se extendió González en reflexiones sobre el fracaso del modelo económico de Cuba y Nicaragua. Reconoció González que Cuba tuvo dificultades con los 30 años de bloqueo por parte de Estados Unidos, pero "esas dificultades no son diferentes a las padecidas por otros países", y citó a Hungría. Añadió el presidente español que "hay un fallo del sistema, y punto"; "el sistema es ineficiente y no puede funcionar dirigido desde el centro burocrático del Gobierno". Según González, una economía sin incentivos materiales funciona un año, "cuando actúan por entusiasmo", pero luego "sólo queda el partido del potaje".

Argumentó el presidente que Cuba se ve muy beneficiada por la venta, a precios superiores a los del mercado mundial, de azúcar a la Unión Soviética y por recibir petróleo a precios inferiores. "Otros países han pagado un precio mayor".

Problemas de Nicaragua

De su entrevista con el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, explicó González que había recibido una exposición de los nuevos planes económicos, que tratan de "fijar unas reglas del juego claras y con carácter permanente para los empresarios". Dijo González que Nicaragua tiene una absoluta necesidad de recuperar la economía, porque "no es que el sistema esté mal, sino que se ha caído".

Reconoció el político español la dificultad de que los empresarios recuperen la confianza en Nicaragua. Sobre el futuro político de este país centroamericano, González expresó su creencia de que es mejor que los que viven fuera se esfuercen por conseguir garantías plenas para el proceso electoral de 1990 y no insistan en una reforma constitucional.

De su entrevista con el presidente peruano, Alán García, que fue a solas y duró una hora y 45 minutos, dijo González que había sido muy interesante, porque se había llegado a "un nivel de comunicación recuperado después de dificultades en el pasado". Reconoció González que en el pasado "tuvimos incidentes, alguno heredado". Dijo González que García está convencido de que su estrategia política es correcta y de que el tiempo le dará la razón.

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