Acusaciones contra el muro de Berlín
El muro de Berlín se convirtió ayer en protagonista de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa, que hoy se clausura en Viena. El secretario de Estado norteamericano, George Shultz, lo calificó el martes de "construcción inhumana". El ministro británico de Asuntos Exteriores, Geoffrey Howe, lo definió ayer como "anacronismo de la guerra fría". Shultz y Howe habían expresado la convicción occidental de que, mientras exista una barrera artificial como el muro para impedir los contactos entre los pueblos y las libertades de movimiento y de información, el proceso global de cooperación europea seguirá mutilado. El ministro español de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, se manifestó plenamente de acuerdo con Shultz en la valoración al respecto. Checoslovaquia y Rumanía reaccionaron ayer acusando a Estados Unidos de injerirse en sus asuntos internos.Al manifestarse ayer el ministro de Asuntos Exteriores de la RFA, Hans Dietrich Genscher, en términos parecidos a los de sus homólogos norteamericano y británico, reaccionó su homólogo de la República Democrática Alemana, Oskar Fischer, quien dijo que "el muro no es una reliquia de la guerra fría, sino un factor de estabilidad en Europa".
Fischer dijo que el muro sólo desaparecerá cuando desaparezcan las causas que motivaron su construcción. Según la versión oficial de Berlín Este, el muro antifascista se construyó en 1961 para defender al joven Estado socialista alemán de las agresiones del imperialismo occidental.
En términos mucho menos duros, el ministro soviético, Edvard Shevardnadze, manifestó que no hay que dramatizar la cuestión del muro de Berlín, que cada Estado soberano tiene derecho a crear las fronteras que crea necesarias. Shevardnadze no defendió, sin embargo, la necesidad actual de la existencia del muro y dijo que éste es un asunto interno de la República Democrática de Alemania.
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