Pies ligeros

Los profesores de la academia de jazz Berklee, de Boston, han venido a Madrid para dar un curso organizado por la Escuela de Música Creativa. Aprovechando que estaban aquí, han tocado una semana en el Café Central, en diversas formaciones; aprovechando el final del curso, han dado un concierto en el San Juan Evangelista; aprovechando ese concierto, han grabado para la televisión. Desde luego, ha sido un viaje aprovechadísimo.Como figura principal del grupo venía el vibrafonista Gary Burton, que volvía a España tras su reciente colaboración en los premios de la asociación cultural Plató. Venía también después de haber publicado un disco con muchos invitados especiales y con los resultados algo decepcionantes que suelen tener esas reuniones. No obstante, hay que reconocer que las grabaciones anteriores de Burton eran estupendas y que el vibrafonista es uno de los músicos actuales con mejor carrera discográfica. Gary Burton es un intérprete muy serio y un gran director de grupo. Toca admirablemente bien, y pese a lo que todavía dicen algunos, con mucho swing. No un swing corpulento, arrollador, sino otro ágil y liviano, un swing de pies ligeros.

Chistu atómico

Quizá lo que sucede con Gary Burton es que toca mejor cuando no se junta con estrellas sino sólo con gente competente.Así son los músicos de Berklee que han venido con él.destacar unos u otros es cuestión del gusto personal .Al que más cancha le dieron fue blues. Hay un trombón que le echa mucho entusiasmo a los solos y un pianista, Christian Jacob, a quien hay que poner junto a sus colegas Benny Green y David Kikoski en el grupo de jazzmen aniñados. Los invitados Carli, Moltó, Icasto y Merlo demostraron que no hay tanta diferencia entre los bostonianos y los de aquí.El concierto empezó con una pieza de Bobby Timmoris y terminó con otras de Cedar Walton y Clifford Brown, más un tema de Keith Jarrett que Burton mete en todos sus conciertos, y hace bien. Entre medio escuchamos otra balada de Jarrett, homenajes a B. B. King y Bill Evans, y números de esos atmosféricos y con cantos de pajaritos. Decir qué fue lo mejor va nuevamente con gustos. Pero creo que lo más destacable en este caso es la propia variedad del programa, porque eso es lo que hay que esperar de una escuela.