Búsqueda de soluciones

HAY QUE felicitarse de que Francisco Fernández Ordóñez haya iniciado con dinamismo sus funciones como presidente del Consejo de Ministros de la CE, alentando la búsqueda de soluciones sobre el Oriente Próximo. Bloqueado durante décadas, este problema ha entrado ahora en una fase nueva y es fundamental que Europa contribuya de modo activo a buscar una solución basada en la justicia, en los derechos del pueblo palestino, y que garantice la seguridad de todos los países de la zona, especialmente de Israel. Con el reconocimiento de Israel por parte de la OLP, y con la decisión de EE UU de negociar con ésta, la cuestión palestina ha sufrido un cambio radical. La CE tiene ahora la posibilidad de contribuir con una posición propia, independiente, a los esfuerzos tendentes a encontrar un terreno de entendimiento.Con este fin, el ministro español viajará a Israel los días 14 y 15 de enero, días después conversará en Viena con los ministros de Exteriores de EE UU y de la URSS y a finales de mes recibirá en Madrid a Yasir Arafat. En febrero está previsto que Fernández Ordóñez, junto con sus homólogos griego -su antecesor en la presidencia del Consejo de Ministros- y francés -que le sucederá en ese cargo-, visite los países árabes más directamente afectados por el problema palestino. Esos viajes tendrán un carácter exploratorio para conocer los puntos de vista de unos y otros y, sobre todo, las posibilidades de avanzar en la búsqueda de soluciones. Sobre esa base, los ministros de Exteriores de la CE, en su reunión del 14 de febrero en Madrid, decidirán qué iniciativas tomarán para impulsar la paz.

Esta actividad de la CE se desarrolla en un momento en que otros factores están contribuyendo a crear un clima más favorable en torno al citado problema palestino. En Túnez han tenido lugar las primeras conversaciones entre el embajador de EE UU y delegados de la OLP. Un hecho que explica hasta qué punto las cosas cambian es que, ante el atentado terrorista contra el avión de la Pan Am, EE UU ha mostrado su deseo de recibir la ayuda de la OLP para des-. cubrir a los culpables. Por otro lado, los países árabes intensifican su acción diplomática, y en particular Egipto, el único país árabe que tiene relaciones diplomáticas con Israel. El presidente Mubarak expresó su disposición a visitar Israel, insistiendo en que el Gobierno debe aceptar la negociación con la OLP.

El panorama ha cambiado gracias, en primer lugar, a las concesiones hechas por la OLP. La pelota está ahora en el campo de Israel, y el principal obstáculo para avanzar hacia la paz es la intransigencia de éste. Por esto es decisivo que el presidente Bush refuerce una política de EE UU favorable a la negociación con la OLP. La posición de Europa puede ayudar a que ello suceda. En Israel, como acaba de confirmarlo el ministro Ahrens, sigue predominando la intransigencia cerril ante la nueva realidad. Ello choca con las corrientes profundas de distensión que se reflejan en todo el mundo. Para ser eficaz, la presión internacional deberá ser amistosa y evitar lo que pueda cohesionar una oposición israelí, sustancialmente compleja. El objetivo no es preparar una conferencia internacional precipitada para poner de relieve la intransigencia de Israel y la imposibilidad del acuerdo. Los pasos pequeños pueden ser decisivos sí permiten encontrar puntos de partida hacia un proceso de pacificación.

En la actualidad, la CE está en condiciones de desempeñar un papel particularmente importante; en su seno hay diversas sensibilidades ante, el problema palestino, pero desde hace ocho años ha tomado posición a favor de la negociación con la OLP. Hoy debe asumir el reto de convertir en acción diplomática concreta una actitud teórica cuyo acierto ha sido confirmado por los hechos.