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"Tan loco como Macías"

"Creo que no volveré nunca más. Obiang hasta ahora no molestaba, pero ahora se está volviendo tan loco como su tío Macías", explica Paco, uno de los guineanos que viven a caballo entre su país y el vecino Gabón y que ha sufrido tambíen la represión del régimen.

Este joven, habitualmente residente por razones de negocios en Libreville, suele visitar Bata una vez a la semana para transportar material de construcción y supervisar las obras de una vivienda que se está haciendo en su ciudad. En esa ocasión acompañaba a Paco una de sus dos novias gabonesas, una funcionaria de banca, para presentarla a sus padres en vistas de que planea casarse con ella.

"En cuanto llegamos me detuvieron, y ahí se quedó la chica, que no conocía a nadie, tirada; menos mal que mi hermana -que tiene una motora con la que hace contrabando- se enteró en seguida y se encargó de repatriarla", explica Paco, en su pobre vivienda gabonesa donde se está reponiendo del susto recibido.

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"Me palizaron de lo bueno, aunque no fui de los peores; su idea fija era preguntarme de por qué estaba siempre fuera de mi país y de por qué salía con chicas gaboneses y no guineanas", añade. Según le contaron a Paco sus compañeros de celda, allí la tortura más corriente era la etíope -tumbados boca abajo, atan los pies y las manos por encima de la cabeza y así te dejan horas y horas- o el colgarte de los brazos y pegarte.

En la cárcel tuvo la suerte de ser compañero de celda de José Luis Jones. "Afortunadamente para él", afirma, "fue detenido quince días después que los demás, cuando ya iba a empezar el juicio; por eso y porque le temen, apenas le tocaron; con su buen humor y los víveres que le enviaba su familia -en las cárceles guineanas no dan de comer- nos levantaba la moral a los demás".

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La oposición guineana empeñada en sacar a Jones y otros de la cárcel hace un llamamiento al Gobierno español y afirma: "España no debe abandonar Guinea y, sobre todo, a los guineanos que sufrimos; lo que todos esperamos en Malabo es que España ayude, sí, al presidente, pero que también le pida algo a cambio para que no sigan sus locuras".

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