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CUBA, 30 AÑOS DESPUÉS

Castro atraviesa los peores momentos de su mandato

Antonio Caño

ENVIADO ESPECIALFidel Castro Ruz, el líder de uno de los regímenes más personalistas del mundo, atraviesa por el momento más comprometido de todo su mandato, peor incluso, aseguran en Cuba, que la crisis de los misiles o la invasión de bahía Cochinos (episodio que en el léxico oficial cubano se conoce como playa Girón). Al cumplir ayer sus 30 años en el poder -un período en la vida política sólo superado en Latinoamérica por el presidente de Paraguay, Alfredo Stroessner-, Fidel Castro sufre el acoso más severo al que nunca se haya tenido que enfrentar en su carrera.

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En Cuba nadie ha hecho todavía una valoración seria de lo que significa este 30º aniversario. Nadie se ha atrevido a hacerlo formalmente porque todo el mundo estaba esperando a que anoche (madrugada de hoy en España) Fidel Castro diese la única versión válida. Después de tan largo período de construcción de un régimen revolucionario, la palabra de Fidel Castro sigue siendo la única con poder y significado en este país.Fidel Castro conoce y revisa la producción de cada empresa, controla la zafra, vigila el transporte, cuida la educación y la salud. Para que algo se solucione en Cuba hay que contárselo a Fidel, ya sea un diferendo diplomático o una avería en la cocina del restaurante Floridita. Se le teme más que a nadie, pero también reúne en tomo a su persona más cariño y admiración que todos los demás gobernantes cubanos juntos. Se le llama irónicamente "el principal líder de la oposición" por su afición a plantear crudamente algunos de los principales problemas del país.

La revolución es hoy lo que es gracias fundamentalmente a Fidel Castro. Cuba ha desterrado el analfabetismo, tiene tres millones de personas cursando estudios superiores, forma en un año más médicos que todos los que tenía a principios de los años sesenta, su población cuenta con una esperanza de vida de 72 años, gracias fundamentalmente a Fidel Castro. Por todo ello, en su figura se centran hoy también las presiones y las expectativas sobre el futuro de Cuba.

Presiones

Treinta años después de su victoria militar sobre: la dictadura de Fulgencio Batista, la mayor decisión que se espera de Fidel Castro es la de buscar un camino por el que conducir una revolución bloqueada política y económicamente. Y ese momento le llega cuando el máximo dirigente cubano, con 62 años de edad y tres décadas como dirigente indiscutido, ya no es el guerrillero arrojado e ingenioso que se ganó la admiración del mundo.

Fidel Castro se enfrenta ahora, no sólo a las comparaciones de un grupo de intelectuales de todo el mundo que piden para Cuba el mismo destino que para la dictadura chilena, sino a la presión callada de sus compatriotas, que piden más apertura y mayor bienestar. Algunos de ellos, que viven en el interior de Cuba y no aspiran a la eliminación del régimen socialista, admiten abiertamente que "no se puede hacer una política nueva con unos mismos dirigentes". Muchos jóvenes cubanos, comprometidos con el régimen y admirados de lo que su país ha hecho en estos años, quieren hoy acabar con el principio de que Fidel, sus palabras y sus obras, sean intocables.

El líder cubano tiene que soportar también la presión insólita de su aliado soviético. Funcionarios cubanos reconocen su temor a que las diferencias entre Castro y la nueva dirección de la URS S en torno a la perestroika esconde, en buena parte, el deseo de Moscú por encontrar un nuevo gobernante en Cuba. ¿Qué ocurriría en Cuba si, efectivamente, se celebrase un referéndum como el que tuvo lugar el año pasado en Chile? Nadie cree, desde luego, tener aquí una respuesta contundente a esta pregunta, pero son muchos, observadores neutrales y ciudadanos cubanos, los que piensan que Castro ganaría cómodamente el respaldo de la población.

Un referéndum improbable

Por supuesto que ese referéndum no se va a realizar, pero Fidel Castro tendrá que introducir cambios en la marcha de la revolución que le permitan consolidarla en tiempos de grandes transformaciones internacionales. Los que se atreven a interpretar aquí el pensamiento del líder, creen que Castro tiene en mente un rápido acercamiento a Latinoamérica y a Estados Unidos con el fin de contrarrestar su alejamiento del campo socialista.

En sus últimas declaraciones públicas, Fidel Castro no ha atacado con dureza a Estados Unidos, incluso ha tenido palabras bondadosas para el próximo presidente norteamericano, George Bush, a quien se refirió hace un mes en México como un dirigente "pragmático", durante la asistencia del líder cubano a la toma de posesión del presidente Carlos Salinas.

La semana pasada el presidente cubano admitió que no va a desperdiciar ninguna oportunidad que se le presente para mejorar relaciones con el país con el que rompió lazos diplomáticos en 1961.

Esa política de acercamiento a su continente acarrea, desde luego, una nueva forma de presión sobre Castro: la de los gobernantes que piden que se cumplan las reglas del club al que se quiere entrar. "Cuba no puede querer jugar al fútbol con las reglas del béisbol", comentaba recientemente un diplomático latinoamericano.

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