Conquistador

Hay últimamente una mayor desnudez en la obra de Luis de Pablo, una tendencia a la expresión contenida, algo que confirma el compositor: "Yo creo que sí, aunque algún comentarista sigue pensando que soy un compositor barroco, hasta manierista".

Respecto a la creación actual en España comenta: "Hay un fenómeno importante al que se hace un caso muy relativo, que es el establecimiento con visos de duración de unas generaciones musicales sin rupturas. La música española no conoce rupturas significativas hasta el siglo XVII. Después se producen continuadamente. Ocurre en otros campos de la cultura debido a la crisis de identidad en España".

Pero Luis de Pablo ve un cambio en la historia más reciente: "De los años cincuenta hay, sin embargo, una reconstrucción", comenta, "habiéndose permanecido en una misma línea ininterrumpidamente y sin plagios. Esto es radicalmente nuevo y va en paralelo con otras áreas de la creación, como la pintura y, en cierta forma, desde un período más reciente, con la literatura".

A la hora de citar otras facetas de la creación habla del despego notable de intelectuales y artistas respecto a la música en España. "Tradicionalmente ha habido un despegue mutuo, salvo en la generación del 27 y quizá ahora estamos entrando en otro período de excepción", y añade, "hay una degradación de la cultura en que se confunde a veces la obra de arte con la sociología. Es bastante grave porque justifica en muchas ocasiones un arte sin esfuerzo, y eso es una falacia. Si quieres algo, lo tienes que merecer, que conquistar. Ya sé que suena a ejercicios espirituales de san Ignacio, pero me importa un bledo. Incluso el sexo lo tienes que saber utilizar, pues de lo contrario es una catástrofe".

El 20 de enero Luis de Pablo estrena dentro del festival de Músicas Futuras Une couleur..., concierto para saxofón y orquesta. Días después, el 2 de febrero, presenta en Bruselas una pieza corta para violín solo, Scherzo, que constituye la tercera parte de una obra, El violín español, que pretende ser un homenaje a la escuela española de violín del siglo pasado. El compositor, que cumplirá 60 años en 1990 -el festival de Metz está preparándole un gran homenaje- , acaba de regresar de Japón, donde ha estrenado una obra ambiciosa, Senderos del aire.