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Un explosivo plástico destruyó el avión de Pan Am

Francisco G. Basterra

Una bomba de explosivo plástico provocó la desintegración sobre Escocia del jumbo de Pan American, concluyeron ayer definitivamente, ocho días después del accidente, los investigadores británicos y las autoridades norteamericanas. La teoría del sabotaje, sospechada desde un principio, fue confirmada oficialmente por funcionarios británicos después de hallar el revestimiento plástico, quemado en una bodega del Boeing 747, astillas metálicas incrustadas en algunos cadáveres y huellas incuestionables de la explosión a bordo de un artefacto de "alta potencia".

"Estamos decididos a llegar hasta el final usando todos nuestros recursos, incluido el FBI, para saber quién lo hizo y cómo metieron la bomba en el avión", anunció ayer el Departamento de Estado al confirmar el sabotaje y condenar la acción terrorista. "Pero no tenemos ninguna teoría particular de quién fue; seguiremos todas las pistas", explicó la portavoz del departamento, Phyllis Oakley, que anunció una recompensa de 500.000 dólares por información que permita identificar a los autores. "Nuestra posición", precisó, "es que éstos deben ser llevados ante la justicia", pero se negó a especular sobre posibles represalias.Si se consigue establecer la identidad del grupo terrorista o del país que ha podido ayudarle, el presidente norteamericano, Ronald Reagan, que fue informado en Los Ángeles, donde se encuentra de vacaciones, puede verse forzado a ordenar represalias en un momento políticamente delicado, cuando sólo quedan 23 días para que su sucesor, George Bush, asuma la presidencia. Hasta ayer, la reacción de Washington había sido muy prudente, con continuas reiteraciones de que no había podido probarse sin género de duda que una bomba hubiera causado la tragedia.

Medidas más severas

El Gobierno norteamericano anunció que revisará las medidas de seguridad en sus aeropuertos y en sus líneas aéreas, reforzando los controles a los que se somete al pasaje y a la carga. Este atentado muestra, según la Administración, "la necesidad de que la comunidad internacional adopte medidas más severas de seguridad en el tráfico aéreo".El hallazgo de huellas incuestionables de una bomba fue realizado después de que expertos examinaran durante 48 horas, en un laboratorio de explosivos cercano a Londres, fragmentos de varias maletas y algunas piezas del avión, de una de las bodegas donde estaba el equipaje. La conclusión de este estudio establece que una bomba terrorista acabó con el vuelo 103 de Pan Am. Alguien, quizás un pasajero, sin saberlo, portó en su maleta la bomba que hizo desaparecer súbitamente del cielo, a 3 1.000 pies de altura (unos 10.000 metros) el aparato.

El FBI anunció ayer en Washington su implicación oficial en la investigación de este ataque terrorista contra intereses norteamericanos. Un equipo del Buró Federal de Investigación, que legalmente está capacitado para perseguir este tipo de atentados, se encontraba en el Reino Unido desde el día siguiente al accidente.

Fuentes norteamericanas dijeron ayer en Washington que las autoridades británicas, que continuarán siendo las principales responsables de la investigación, les han confirmado que una bomba causó la desaparición, en pleno vuelo entre Londres y Nueva York, del Boeing norteamericano y la muerte de sus 259 ocupantes y de 11 residentes de la aldea escocesa de Lockerbie. "Estamos de acuerdo con esta conclusión". Fue el diario londinense The Times el que ayer reveló la existencia de las señales dejadas por un artefacto explosivo en uno de los compartimientos de carga del jumbo.

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Fuentes del espionaje norteamericano descartaban ayer que el grupúsculo proiraní Guardianes de la Revolución Islámica, que reivindicó el atentado como "revancha" por el derribo por la Marina de EE UU de un avión comercial iraní en el golfo Pérsico en julio pasado, fuera el culpable. La policía finlandesa concluyó ayer también que el comunicante anónimo que había llamado a la Embajada de EE UU en Helsinki el 5 de diciembre, advirtiendo de un atentado contra un avión de Pan Am en las próximas dos semanas, era sólo un impostor y su falso aviso una increíble coincidencia. Según expertos en terrorismo del Departamento de Estado, sólo dos o tres grupos tienen una historia anterior de utilizar el tipo de explosivos que desintegró al Boeing de Pan Am, uno de ellos, el Frente Popular para la Liberación de Palestina-Comando General, un grupo radical prosirio escindido de la OLP en 1982. El pasado octubre, la policía de la RFA detuvo a 14 miembros sospechosos de esta organización, que, sin embargo, no ha cometido atentados fuera de Oriente Próximo en los últimos tres años. Otros sospechosos son la organización palestina 15 de Mayo, responsable de la bomba que explotó en un vuelo de Pan Am entre Tokio y Honolulú en 1982, y Fatah-Consejo Revolucionario, apoyado por Libia.

Los familiares de las víctimas recibirán posiblemente un máximo de 75.000 dólares (unos 3,6 millones de pesetas) por pasajero fallecido, el tope que deberá pagar Pan Am según la Convención de Varsovia y el Acuerdo de Montreal, que establecen la responsabilidad de las compañías aéreas. Pero podría ser más si algún familiar consigue demostrar que hubo "mala conducta intencionada" por parte de la compañía.

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