_
_
_
_

16 válvulas y llantas de aluminio

La informatización del flujo de tráfico hará que su funcionamiento sea semejante a una versión mejorada y fundida de los actuales sistemas de control aéreo y ferroviario. El objetivo es que el conductor, usuario de un bólido que piensa y decide por él, realice el viaje en un ambiente que le evite el estrés, protegido además por el radar anticolisión. Juan Tomás Hernani, director técnico de Robotiker, piensa incluso que el espacio que queda entre la altura de un autobús y la línea de primeros balcones de los edificios puede ser un pasillo privilegiado para transportes urbanos del futuro.Este control del tráfico servido por ordenador va a tener su primera muestra de alcance en Barcelona y Sevilla, coincidiendo con los Juegos Olímpicos y la Exposición Universal de 1992. Vitoria y Madrid también son candidatos al experimento, pero tendrán que esperar algún tiempo. El Ayuntamiento de Barcelona cuenta ya con un simulador de tráfico inventado por el profesor Jaime Barceló, de la Politécnica que colabora también en Európolis.

Más información
Coches inteligentes para acabar con los atascos

El programa Drive, aprobado por la CE el pasado mes de julio con un presupuesto de 820 millones de pesetas para los tres primeros años de investigación, constituye la tercera pata de ese intento de organizar y convertir en llevadero el tráfico por carretera.

Los proyectos están en fase de selección, y a ellos han concurrido varias entidades españolas, pero el objetivo es contar en 1991 con las normas técnicas para "un sistema de información y circulación en tiempo real y plurilingüe para carreteras en Europa". En 1995 deberá estar funcionando junto a un sistema de seguridad en carretera avanzada, que incluya la imposibilidad de que se produzcan colisiones a más de 30 kilómetros por hora.

Va a haber que homogeneizar programas ínformáticos y componentes del automóvil. También armonizar reglamentaciones de tráfico y asumir leyes que obliguen a los fabricantes a dotar a los vehículos con alarmas para el conductor, sensores de señales y capacidad para responder automáticamente ante los peligros de la carretera.

Si ello se produce, de nada va a servir montarse en una máquina equipada con motor de 16 válvulas, turbo y llantas de aluminio. El coche obedecerá ciegamente las órdenes de tráfico recibidas del ordenador central por encima de los deseos de su amo.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_